Vida Sana
Mi hija, Lili Rachel Smith, nació con el síndrome de Apert, un trastorno genético que deformó su cara y sus manos. Las 12 cirugías a las que se sometió no la afectaron tanto como el aislamiento social que sufrió en la escuela. Ella falleció a los 15 años, y yo tenía 54 cuando comencé Beyond Differences, una organización que se enfoca en acabar con el aislamiento social en las escuelas intermedias de todo el país.
El problema que estoy intentando solucionar
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El aislamiento social es una crisis de salud pública que se puede prevenir y que afecta a millones de niños, especialmente a aquellos que son percibidos como "diferentes" debido a su apariencia física, discapacidad, orientación sexual, identidad de género y otras características. Es más difícil de detectar que las burlas o el acoso, pero puede causar problemas sociales, emocionales y de salud en los niños, y puede afectar su rendimiento académico. La raíz de nuestra misión es inspirar a los niños a terminar con el aislamiento social en sus propias escuelas intermedias. Queremos empoderar a los estudiantes para que cambien su cultura, acepten y respeten sus diferencias, y promuevan un sentido de conexión entre ellos, para que así ellos mismos hagan la diferencia.
El momento que despertó mi pasión por este proyecto
En la ceremonia conmemorativa de Lili en nuestra sinagoga entregamos pequeños folletos con extractos de sus escritos y fotos familiares. Esa noche, al llegar a su hogar, uno de mis amigos le preguntó a su hijo si era amigo de Lili y cuándo había sido la última vez que la había invitado a hacer algo con él y sus amigos. Se dio cuenta de que no lo había hecho en mucho tiempo. Unos seis meses después volví a ver a ese chico que, para ese entonces, estaba en noveno grado. Decidimos reunir a un grupo de jóvenes para hablar sobre cómo estos jóvenes mayores podrían llevar un programa, como mentores, a las escuelas intermedias para hablar sobre el aislamiento social y lo que los niños pueden hacer al respecto. Comenzó conmigo; llevé a ocho niños que crecieron con Lili a tomar chocolate caliente y a discutir el problema.
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