Duron dice que disipar los mitos y las ideas erróneas sobre el cáncer —por ejemplo, que es un castigo de Dios, es contagioso o significa una sentencia de muerte automática—, sigue siendo un desafío en la comunidad hispana tradicional. Las barreras de la pobreza, el idioma y la cultura también evitan que muchos latinos se realicen exámenes preventivos, lo que se traduce en diagnósticos en las etapas tardías y tasas de mortalidad en proporciones demasiado altas. El objetivo, dice, es "activar una conversación, en las escuelas, en su lugar de trabajo, en las iglesias, porque estos datos hacen que las personas hablen".
El sitio web bilingüe de la organización www.latinascontracancer.org claramente ha sido otro tema de conversación, y ha generado dos millones de visitas desde su lanzamiento.
A través del programa de navegación para pacientes de LCC que se lanzó en el 2010, los pacientes latinos con cáncer reciben orientación personalizada a través del proceso de tratamiento, desde el diagnóstico hasta el final de la vida.
Más de 310 pacientes con 40 tipos diferentes de cáncer han sido “llevados” a través del programa. Los grupos de apoyo de LCC, los servicios financieros y la distribución de pelucas, sostenes y prótesis han ayudado a cientos más.
Cuando Frederick, el hijo de un año de Linda Cordero, fue diagnosticado con un raro cáncer de los ojos en la infancia, llamó a LCC "con una gran necesidad. Estábamos atrasados en nuestro alquiler. No teníamos dinero para llevarlo al tratamiento”, dice ella. “Ysabel nos ofreció tarjetas de gasolina para llevarlo [a la clínica de San Francisco] tres veces por semana. Eso fue una bendición para nosotros".
Ysabel Durón ha desarrollado redes nacionales de salud donde antes no existían. En el 2008, Latinas Contra Cáncer convocó la primera Cumbre Nacional Latina del Cáncer, reuniendo a proveedores de atención médica, investigadores y agencias comunitarias, incluso de Puerto Rico, México y España, para establecer redes y compartir conocimientos. (La cuarta Cumbre en el 2014 analizará los impactos de la Ley del Cuidado de la Salud a Bajo Precio en los latinos con cáncer). El programa de bingo de salud, que lleva 9 años, enseña a miles de personas sobre cáncer de mama, cervical, de próstata, colorrectal y del pulmón desde Orlando hasta San Francisco.
Ella también está forjando nuevas alianzas. Entre las más recientes se encuentran las colaboraciones con las principales universidades, como UCSF, Stanford y el Centro de Investigación del Cáncer Georgetown Lombardi, donde los investigadores están realizando un estudio sobre pacientes con cáncer de mama y sus cuidadores. Otra, con el Instituto del Cáncer de Stanford, tiene como objetivo crear una codificación que facilite el acceso y el análisis de los datos del cáncer. LCC incluso está trabajando con estudiantes de secundaria de San José con el fin de crear una aplicación móvil para educar a los jóvenes latinos sobre el cáncer.
Durón ahora está comprometida a reformar la política, la ley y los fondos federales. Como una defensora a favor de extender la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio para que cubra a más inmigrantes, Durón cree que "todos merecen el mejor tratamiento que pueden recibir cuando están enfermos". A principios de este año, presionó para incluir un lenguaje en la ley de inmigración que permitiera a las compañías de seguros crear un producto especial de menor costo para inmigrantes indocumentados. "Se van a quedar aquí, necesitan atención médica", dice, así que "bríndeles una herramienta que puedan pagar".
Tras bastidores, Ysabel Durón fue nombrada en el 2011 al Comité de Coordinación Interinstitucional de Investigación del Medioambiente y del Cáncer de Mama. Sus recomendaciones para aumentar la investigación sobre el cáncer en mujeres minoritarias se publicaron el año pasado en el informe del estado de la ciencia sobre el cáncer de mama que se entregó a la secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius.
Después de su propia experiencia de lucha y supervivencia, y ponerle un rostro al cáncer, la gran empatía de Durón por los pacientes con cáncer la ha dejado completamente clara sobre el propósito más grande en la segunda etapa de su vida. "Estaba destinada a hacer esto: ser una voz para una población subatendida y con poca representación, sin una voz".
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