Vida Sana
“Mientras haya oportunidad con los jóvenes, debemos exponerlos a cosas que los beneficien en el futuro”, dice Weaver.
Hay magia en los viajes por carretera en Estados Unidos, pero los que organiza Mike Weaver tienen un tipo especial de alquimia. Por los últimos seis años Weaver, de 52 años, ha reunido a adolescentes, estudiantes universitarios, padres y jubilados de Atlanta y Aiken (Carolina del Sur), su ciudad natal, para viajar a otras ciudades y hacer labor de voluntario, visitar universidades y aprender mutuamente en un programa llamado WeCCAAN, o Weaver and Concerned Citizens of Aiken/Atlanta Now (Weaver y ciudadanos preocupados de Aiken/Atlanta ahora).
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“Quería hacer algo diferente”, dice Weaver. “Quería que los adolescentes pudieran hablar con los estudiantes universitarios, los estudiantes universitarios con los profesionales jóvenes, los profesionales jóvenes con los profesionales a mitad de carrera, los profesionales a mitad de carrera con los pensionados. No solo que todas estas generaciones hablaran entre ellas, sino que trabajaran hombro a hombro”.
“Mientras haya una oportunidad con los jóvenes, debemos exponerlos a cosas que los beneficien en el futuro”, dice Weaver.
Weaver, el menor de siete hermanos criados por una madre soltera, creció en un complejo de vivienda subvencionada y luego en un vecindario de clase media baja en Aiken. Como estudiante de Morehouse College, trabajó como asesor extraescolar en lo que en ese entonces era uno de los vecindarios más violentos de Atlanta. Después de graduarse, se convirtió en administrador de instituciones sin fines de lucro y luego recibió su doctorado en salud pública.
Actualmente, Weaver dirige su propia empresa de consultoría en educación en Atlanta, está casado con una maestra de escuela pública, tiene tres hijos varones y se describe como “un profesor que pone la teoría en práctica”.
Por lo que en el 2011, cuando dictaba una clase en la University of South Florida sobre el huracán Katrina y la salud ambiental en la comunidad negra, Weaver llevó a 43 estudiantes a Nueva Orleans para que aprendieran de los miembros de la comunidad y los voluntarios que estaban reconstruyendo la ciudad. Construyeron lechos de siembra con bloques de concreto y cajas de cartón en un jardín comunal, conocieron a un residente del Lower Ninth Ward que perdió a su madre y a su nieta durante Katrina, visitaron el French Quarter y St. Louis Cemetery No. 1 y participaron en el desfile de Mardi Gras.
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