Vida Sana
l A la hora de proteger tus ahorros para la jubilación, ¿qué podría ser más importante que asegurarte de estar recibiendo el mejor asesoramiento financiero en el momento oportuno?
Lamentablemente, eso puede resultar sumamente difícil. Más de 400,000 personas se hacen llamar asesores financieros hoy en EE.UU., recurriendo a una cantidad de denominaciones profesionales para poder vender productos financieros y brindar asesoramiento. Algunas de estas credenciales —existen 157— no requieren de mucha capacitación ni experiencia, ni respetar un código de ética.
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Así que, cuando busques ayuda, comienza con un asesor que se identifique como fiduciario: alguien que ponga tus intereses por delante de los suyos propios. Si bien ello no representa una garantía absoluta, por lo general son considerados la opción más segura a la hora de obtener asesoramiento imparcial y libre de conflictos.
Criterios definidos
“Al asesorar sobre inversiones, los fiduciarios tienen que ponerse en tus zapatos y decir: ‘Esto es lo mejor que puedes hacer’. Y deben ser consecuentes con ese nivel de responsabilidad”, dice Peter Mallouk, autor de The 5 Mistakes Every Investor Makes and How to Avoid Them: Getting Investing Right. “Créalo o no, la gran mayoría de los asesores financieros no son fiduciarios”.
Muchos agentes y otras personas que se autoproclaman asesores siguen el criterio de “pertinencia”, lo que significa que pueden vender productos que resulten pertinentes o apropiados sobre la base de tu edad, tolerancia al riesgo y otros factores, pero que podrían no satisfacer tus necesidades. Esos productos pueden venir con elevados honorarios o comisiones, o pagos ocultos de compañías de fondos mutuos que no tienen la obligación de dar a conocer. Así que asegúrate de preguntarle a tu futuro asesor qué criterio —fiduciario o pertinencia— sigue, y si adviertes cualquier duda en su respuesta, aléjate.
Algo más a lo que debes estar atento: asesores con doble registración, advierte Mallouk. Son como los Jekyll y Hyde del ramo del asesoramiento: a veces son fiduciarios, a veces no, y la mayoría de la gente no logra dilucidar qué sombrero tienen puesto en cada oportunidad. De hecho, un estudio realizado por AARP en el 2013 halló que una abrumadora mayoría de los participantes de planes 401(k) querían que sus asesores financieros siguieran el criterio fiduciario.
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