Vida Sana
"Un cazador que trabaja como escritor". Así se define a sí mismo el director Guillermo Arriaga, de 59 años, quien después de intentar varias profesiones —boxeador, jugador profesional de básquetbol y fútbol— encontró su camino en las letras y en el cine.
En el cine se le conoce por tanto su colaboración con Alejandro González Iñárritu, que resultó en Amores perros (2000), 21 Grams (2003) y Babel (2006), por cuyo guion Arriaga fue nominado al Óscar; como por obras como Los tres entierros de Melquíades Estrada, cinta premiada en el Festival de Cannes en el 2005.
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Como escritor, Arriaga se ha distinguido con novelas como Un dulce olor a muerte, El búfalo de la noche y El salvaje, ganadora del Premio Mazatlán de Literatura 2017. Este 28 de noviembre, Arriaga dará una clase magisterial en Los Ángeles patrocinada por la Fundación de la Universidad de Guadalajara y aprovechamos para conversar con él sobre su oficio de escritor y director.
Muchas felicidades. En una encuesta entre pares te escogieron entre los 100 mejores guionistas de la historia.
Me siento muy honrado porque fueron colegas míos los que hicieron la selección.
Has dicho que la única regla para escribir un guion es saber que no hay reglas. ¿Es eso lo que enseñas en tus clases?
No hay reglas porque cada historia tiene una dinámica distinta. Lo que doy en este curso son no reglas, sino consejos de cosas que me han servido a mí. Los escritores que empiezan en este negocio se sienten muy confundidos por las reglas y yo lo que quiero es liberarlos para que su creatividad no se vea obstaculizada y puedan contar la historia de la mejor manera posible. Les enseño, a través de mi trabajo, qué errores y qué aciertos he cometido. El error más común es sobrecontar la historia… dar demasiada información, explicaciones. Es un error típico de los primerizos.
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