Vida Sana
Edson Arantes do Nascimento, el maravilloso Pelé, uno de los jugadores de fútbol más prodigiosos y exquisitos en la historia del deporte, ha fallecido. Mientras que el eterno debate sobre quién fue el mejor jugador de la historia —Maradona, Messi o Pelé— continuará siempre, un hecho es indiscutible: como Pelé no hubo ni habrá otro.
La legendaria figura falleció este 29 de diciembre a los 82 años después de estar internado por un mes en el hospital Albert Einstein de São Paulo, donde estaba recibiendo tratamientos a consecuencia del cáncer de colon que padecía.
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Su hija Kely Nascimento confirmó el deceso del astro a través de su cuenta de Instagram con un emotivo mensaje: "Todo lo que somos es gracias a ti, te amamos infinitamente. Descanse en paz".
Hijo de un futbolista profesional, el pequeño Edson nació en la localidad de Três Corações, en el estado brasileño de Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940. De niño lo llamaban Dico y soñaba con ser piloto de aviones. Jugaba al fútbol constantemente, usando un calcetín relleno de hojas de periódico como pelota. Empezó a trabajar a los siete años, lustrando botas en una estación de tren.
Su talento natural para el fútbol llamó la atención de sus primeros entrenadores a nivel local. A los 15 años —en junio de 1956— firmó un contrato con el club Santos, dejó su casa y se mudó a la ciudad deportiva del equipo, al sur de São Paulo. Fue a la playa por primera vez en su vida, probando el agua del océano para comprobar que efectivamente era salada, caminando delante de las mansiones en la costa, sin saber que un día él también sería dueño de un palacio junto al mar. Sus compañeros de equipo lo apodaron “Gasolina” por su energía inagotable. El apodo con el que se convertiría en sinónimo del fútbol surgió porque algunos de sus amigos lo encontraban parecido a Bilé, un portero con el que había jugado su papá. Empezaron a llamarlo Bilé, y el apodo fue evolucionando hasta convertirse en Pelé.
Pelé marcó un gol en su primer partido con Santos y le dedicó sus mejores años, pese a recibir ofertas de los grandes equipos de Europa, incluyendo $500,000 dólares —una fortuna en esa época— por parte de un club italiano. Para salvaguardarlo, el presidente Jânio Quadros presentó un fallo anunciando que Pelé era un tesoro nacional y por ende no podía ser exportado.
Sus mayores triunfos se dieron con la selección de su país, con la que debutó a los 16 y ganó tres mundiales —1958, 1962, 1970— siendo el único jugador de la historia en lograrlo. Además, sus 77 goles en 92 partidos lo ubican como máximo goleador de la selección brasileña. Un record que difícilmente sea equiparado en el futuro.
Los mejores goles de Pelé
Más allá de los números, la técnica, velocidad e instinto natural de Pelé eran casi sobrenaturales. “Fue el único jugador que sobrepasaba los límites de la lógica”, dijo el futbolista holandés Johan Cruyff. Su pegada era letal con ambas piernas, y sabía cubrir la pelota, exasperando a los defensores del equipo opuesto y trasladando el balón a través de toda la cancha hasta terminar colocando goles milagrosos. Fue además conocido por su generosidad y buen trato hacia sus rivales.