¿Qué tan atractiva es la idea de escribir para la televisión de prestigio?
Siempre digo que soy un autor de libros que, de casualidad, tiene un segundo trabajo en Hollywood. Mi primer libro se publicó hace 30 años. [Connelly ha vendido más de 80 millones de ejemplares de sus 37 novelas policíacas]. La televisión es algo novedoso, un espacio adicional para seguir contando estas historias y observando a estos personajes. Es interesante y aprendo mucho, pero al fin y al cabo soy autor de libros y eso es lo que le digo a todo el mundo, incluida mi esposa.
Y eso nos lleva a la pregunta: ¿cómo llegó a ser ese "autor de libros"?
Mi madre era una incansable lectora y le gustaban mucho las novelas policíacas —de contenido más leve que los temas por los cuales me conocen ahora—, pero ella me pasaba sus libros, como los de Agatha Christie y P.D. James. Mi formación fue bastante completa, pero de alguna forma desconocía la obra de Raymond Chandler hasta que, en mi primer año de estudios universitarios en 1975, fui a una función de cine en el centro estudiantil —de esas donde la entrada costaba un dólar— y vi una película basada en su novela The Long Goodbye. La película realmente me impresionó. Compré el libro y me encantó. Eso me llevó a leer toda la serie de Raymond Chandler y, al terminar esa maratón de lectura, fue cuando dije: "¿Sabes qué? Quiero probar esto. Las probabilidades de éxito son pocas, pero quiero intentar ser escritor". Cambié de carrera universitaria, y aquí estoy hoy.
Pero su padre refinó ese deseo.
Cuando hablé con mi padre de [querer escribir novelas policíacas], fue él quien me dijo: "Haz periodismo. Trabaja como reportero policial y familiarízate con el mundo sobre el que quieres escribir. Y si eso no funciona, tendrás un empleo interesante".
Se dice que de eso hay antecedentes en su familia.
Una bisabuela mía fue reportera en Maryland. Tengo su máquina de escribir, fabricada en 1906. Es un recuerdo familiar. Ella informaba sobre el sector agrícola en la parte sur de Maryland. No he visto nada de lo que escribió; simplemente me lo han contado.
Siguió el consejo de su padre y trabajó como reportero policial en periódicos en Florida y, después, en Los Angeles Times. ¿Cómo era la vida de periodista policial?
Pude ver algunos de los aspectos nobles de ese empleo ingrato. Si lo haces bien [el trabajo de policía], muy pocas personas lo saben. Mi función como reportero era asegurarme de que todo el mundo lo supiera cuando lo hacías mal. Pero vi a aquellos que perseveraban y eran justos, y conocí a algunas personas que, a mi parecer, eran bastante heroicas. Procuro tomar ciertos aspectos de esas personas y encontrarlos en los personajes sobre los que escribo. Ahora, toda la tecnología —no había ADN ni internet cuando yo era reportero—, todo eso, para mí, son adornos. Ya sea un libro o un programa de televisión, la obra es sobre el personaje que creas o que interpretas como actor. Eso es lo que importa.
¿Alguna vez se ha atrevido a salir del género policíaco?
Hace unos 15 años, alguien reunía una antología de cuentos, y los colaboradores tenían que escribir algo totalmente distinto de las obras por las que se les conocía. Así que escribí un cuento de fantasmas. Y ese cuento se me ha quedado grabado. Me gusta mirar muchos programas de televisión del género de terror: cosas de fantasmas, fenómenos paranormales. He llegado a una etapa en la que pienso: "¿Escribo un libro de ese estilo? ¿O intento escribir un libro o un programa de televisión o un guion de cine? Aún no lo he decidido, pero es una gran tentación a estas alturas de mi vida.
¿Cómo vivió la pandemia?
No me puedo quejar, porque así básicamente ha sido mi vida desde hace 30 años. Trabajo desde mi casa, así que el confinamiento no fue muy distinto. En el segundo año se publicaron dos de mis libros, por lo que me di cuenta de que pude dedicar mucho tiempo a mi trabajo creativo durante la pandemia. Sin embargo, hacia el final me enfermé. Me contagié de COVID-19. Mi caso no fue tan grave, pero tengo momentos de niebla mental y, a veces, sufro pérdida de la memoria. Ojalá se me pase pronto. Tengo que volver a leer todo lo que escribí el día anterior. Releo mi trabajo por la mañana para verificar que sea lógico y que no haya metido la pata, pero eso también me sirve para reanudar mi trabajo en caso de que se me haya olvidado.
Cuando algún aspirante a escritor le pide consejos, ¿qué le dice?
Las personas, a nivel universal, buscan emprender un viaje con un personaje interesante y tratan de verse a sí mismas reflejadas en personajes que toman decisiones difíciles y superan obstáculos. Es difícil dar consejos sobre algo que empieza de la nada. Si vas a escribir libros o contar historias, la obra proviene de tu mente y se filtra a través de lo que has vivido y de lo que te inspira. Es difícil decir: "Sal al mundo e inspírate".
Pero ¿quizás haya otros personajes como Harry y Mickey que puedan descubrirse?
Hay que tener una historia; hay que tener un personaje con quien puedas salir a explorar. Hay que mantener la cabeza agachada y nunca intentar [determinar] hacia dónde sopla el viento y lo que "ellos" buscan en un escritor. Debes mantener agachada la cabeza y escribir una historia que te guste.
Gayle Jo Carter, exeditora de entretenimiento de la revista USA WEEKEND, ha entrevistado a muchas celebridades para AARP, USA WEEKEND, USA Today, Parade, Aspire y Washington Jewish Week.
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