El regreso a 'The Joy Luck Club' con Tamlyn Tomita

"Sabíamos que era muy especial. Sabíamos que había que hacerlo bien", dice Tomita, que se identifica como okinawense, japonesa y filipina. En 1993, la película sobre cuatro hijas asiático-estadounidenses y sus madres recaudó casi $33 millones en el país. Se centraba en los respectivos viajes de las mujeres para encontrar su voz. Las mujeres son lo que mantiene unidas a familias y la sociedad en general, pero no siempre tienen la oportunidad de contar sus historias, afirma Tomita. "Estamos al lado de los hombres, pero no tenemos la práctica de alzar la voz".

El ambiente en el estudio era generalmente relajado, como en una reunión familiar, en el que las hijas de la película de vez en cuando soltaban una frase en cantonés como atajo o broma cariñosa. Era un guiño a la singularidad de formar parte de un elenco asiático-estadounidense. Por aquel entonces, cuando le preguntaban cómo afectaría la película a la forma en que Hollywood veía a los asiático-estadounidenses, Tomita recuerda que decía que el cambio sería gradual, "como una gran piedrita en el camino hacia una representación más auténtica".

Sus palabras resultaron proféticas: veinticinco años después de The Joy Luck Club, otra gran película de estudio con un reparto asiático-estadounidense, Crazy Rich Asians, se hizo de un lugar en la cultura popular y en la taquilla en el 2018 al recaudar $174.5 millones en el país. Luego, este año, una enjoyada Michelle Yeoh acunaba el Óscar que había ganado por su actuación en Everything Everywhere All at Once, y les decía a las mujeres de todo el mundo: "Nunca dejen que nadie les diga que ya dejaron atrás la flor de la vida".

Tal vez esto marque un punto de inflexión en la representación de los asiático-estadounidenses en Hollywood, pero también deja a Tomita con la nostalgia de que The Joy Luck Club no recibiera este tipo de atención. A veces, es muy solitario ser una piedrita. 

El reparto (de izquierda a derecha): Kieu Chinh, Ming-Na Wen, Tamlyn Tomita, Tsai Chin, France Nuyen, Lauren Tom, Lisa Lu y Rosalind Chao.

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Madres e hijas

Cuando encontramos a la Waverly Jong adulta en la película, está inmersa en un intenso juego de voluntades con su madre, impecablemente representada por la actriz Tsai Chin. En la escena del salón de belleza, madre e hija están una al lado de la otra, pero separadas por sentimientos que no pueden expresar.

A partir de The Joy Luck Club, los desconocidos a menudo le cuentan a Tomita sus propias relaciones maternas. La maternidad, lo que significa y cómo se transmite a los hijos, siempre ha sido un tema de reflexión. En la película, las madres unen sus fuerzas y aprenden de sus hijas. Y en un ejemplo de cómo la vida imita al arte, la madre de Tomita, Asako, siguió el ejemplo de su hija y aprendió Bon Odori, un estilo de danza japonesa que se baila en los meses de verano en los templos budistas japoneses y en las calles del Pequeño Tokio de Los Ángeles.

La danza es lenta y tranquila, dice Asako Tomita, de 86 años. Puedes utilizar tu cuerpo para representar cosas que son más grandes que tú. Tomita mueve con gracia el brazo arriba y abajo: el mar. La danza puede ser una expresión de emociones cuando las palabras fallan.

Cuando las madres se convierten en abuelas

El año pasado, la noticia de una secuela de The Joy Luck Club, (con Tan y el guionista original, Ron Bass, a bordo) hizo arder internet. El reparto original no sabe nada más sobre la secuela, dice Tomita.

"No hay nada que revelar. Tampoco hay nada que esconder". Waverly Jong ya era madre de una hija, Shoshana, pero 30 años es tiempo suficiente para una evolución personal. Tomita predice que cuando volvamos a ver a su personaje, Waverly será una activista chino-estadounidense, que tal vez luche por los derechos civiles y humanos. "Creo que es una evolución natural. Cuando por fin ves a tu madre en el país de donde procede, quieres ser como ella", dice Tomita. Se detiene aquí y acaricia el lomo de su gato negro, Umami, para asimilar la profundidad del paso de tres décadas.

"Sabemos que tenemos un lugar muy especial en el cine asiático-estadounidense y en el cine estadounidense", afirma. "Podemos elegir empuñar la espada de la rectitud y el orgullo y defender el valor de una historia como Joy Luck Club".