Jorge Franco: “Mis historias tienen que generar placer”

Has tenido una carrera envidiable en un momento difícil para el mundo de los libros. ¿A qué se lo atribuyes, además de tu talento?

Siempre he tenido la convicción de que la literatura es un asunto de minorías, y aunque son más lo que no leen que los que lo hacen, creo que esta es, y seguiremos siendo, una minoría privilegiada. No le he puesto mucha atención, entonces, al mercado editorial. Sé que es complicado pero me concentro en lo que me gusta: escribir. Trato de aportarle algo a la dificultad para vender libros haciendo presencia en ferias, promociones, etc., intentando ser más mediático, algo que me cuesta mucho, pero lo hago porque sé que hay que acompañar los libros hasta los lectores en un mercado tan complejo. También, desde mi trabajo, intento construir historias que inviten al placer de leer. Yo leo por placer así que cuando escribo, pienso que mis historias también deberían generar ese mismo placer.

Y, hablando de momentos difíciles, ¿cómo ves el futuro para los escritores, no solo para ti sino también para los jóvenes que recién empiezan?

No es fácil para los más jóvenes porque veo que las editoriales están arriesgando un poco menos. Aunque las alternativas de impresión hoy son más baratas, parece que los costos de promoción, de distribución y exhibición son complicados ante tanta oferta y tan poca demanda. Tal vez habrá que esperar un poco a que el libro digital, que ahorra muchos procesos e intermediarios, se consolide entre los lectores como una alternativa (…) Aunque siguen surgiendo autores que generan grandes ventas, la gran disyuntiva es si como escritor apuestas por la literatura o te dejas seducir por el mercado. Yo he intentado combinar las dos posibilidades, pero en mí  siempre tendrá más peso lo literario.

¿Qué piensas de las adaptaciones de tus libros al cine y la televisión?

Me han gustado. No hay que olvidar que en cuanto a mi formación también vengo del cine y creo en la hermandad de estos dos artes. Los dos comparten la intención de contar una historia pero cada uno tiene sus propias herramientas para conseguirlo. Para mí, lo importante en las dos adaptaciones que se han hecho (Rosario Tijeras con una película el 2005 y una serie televisiva el 2010, y el filme Paraíso Travel del 2008) es que se haya transferido la esencia de cada historia al cine.

Reseña: El mundo de afuera, de Jorge Franco

Se nota que cada palabra de El mundo de afuera ha sido escogida con esmero: “La niña sale del bosque saltando sobre hortensias, crisantemos, santolinas y begonias. Esquiva las raíces de los cauchos que brotan de la tierra como anacondas […] La ve abajo del porche, a su princesa, que brilla en la penumbra con el pelo hecho un disparate: cuatro cadejos enroscados le caen como los cuernos de un gorro de bufón, en el centro le sale un mechón en cono y en la punta, una flor”.

Premio Alfaguara del 2014, esta novela de Jorge Franco comienza con el secuestro de un anciano llamado Don Diego. A la vez que se desarrolla la trama del secuestro, nos adentramos en el mundo que Don Diego ha creado para su familia en un castillo. Su secuestrador, el Mono Riascos, lejos de ser un personaje tenebroso, inspira lástima. Vive obsesionado con Isolda, la hija de Don Diego, a la cual, desde niño, espiaba en el castillo.

Los momentos de más humor de esta novela —que tiene mucho— los aportan el Mono Riascos y los otros miembros de su banda, igual de risibles y lastimosos. Las historias se entrelazan: la vida irreal y fascinante del castillo y sus habitantes por un lado y, por otro, la crueldad del mundo de afuera —la pobreza y la desesperanza que llevan a la obsesión, la venganza, y hasta la muerte.

Un consejo: Para entregarse al mundo fascinante que Franco tan generosamente nos ha regalado con El mundo de afuera, lo ideal es leerla con tiempo.