Vida Sana
Helen Mirren está sola. En su villa al sur de Italia, la cual data de unos 500 años atrás, Mirren descansa muy satisfecha y sola antes de regresar a trabajar dentro de un mes. Esta actriz británica de teatro y entrenamiento clásico —cuya carrera de más de 50 años en la televisión y el cine la han hecho merecedora de decenas de premios, entre ellos un Oscar (por su interpretación en el 2006 en la película The Queen [La reina]) y del título de dama— no parecería ser una persona solitaria. Pero, Mirren es la primera en admitir que actuar frente a una cámara es "en realidad, una operación muy solitaria" y ella está conforme con eso. "Yo soy feliz sola. Eso no me enloquece".
Fotos: ¿Helen Mirren es un símbolo sexual? Sin duda
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Hasta que su esposo, el cineasta Taylor Hackford (An Officer and a Gentleman (Oficial y caballero), Ray), llegue a su casa vacacional, la cual compraron hace unos siete años, Mirren se entretiene atendiendo su jardín, su pasatiempo favorito mientras está en Italia.
Mientras poda sus plumbagos, siembra geranios y suculentas en las ranuras de su jardín rocoso y cuida de los 400 árboles de granada, entre ellos unos árboles centenarios que adornan su patio. "Yo amo, amo los árboles de granada", dice Mirren quien, contrario a los personajes que ha interpretado y por los que ha ganado fama —como Elizabeth I, Elizabeth II y la detective de la policía no muy simpática en la serie de televisión Prime Suspect (Una mujer de acero)— emana la apertura encantadora de una persona que se siente muy cómoda consigo misma.
Durante una conversación con AARP The Magazine, la actriz se percibía muy realista, pícara, modesta e ingeniosamente dogmática. Por ejemplo, cuando se le preguntó acerca del atolladero que son las redes sociales y que tanto tiempo consumen, Mirren dijo "me recuerdan un bar apestoso y viejo. En una esquina está este viejo repugnante que se sienta allí todo el día, todos los días. Si te acercas para hablarle te va a responder con alguna basura horrible, miserable, testaruda e insignificante como las que lees en Twitter".
Sí, a los 68 años, con arrugas en la comisura de los ojos que le imparten cierto aire de refinamiento y madurez, Mirren podría engañar a cualquiera haciendose pasar por una británica muy reservada. Pero esta actriz, que prefiere viajar por una aerolínea económica como Ryanair y tener un teléfono pequeño Nokia, en vez de un teléfono inteligente, no esconde su desencanto incontenible, ni tan siquiera lo intenta. Así que te darás cuenta de los "tacones de estríper" que ella insiste en que son necesarios, pues sin ellos tan solo mide 5 pies y 4 pulgadas. Y no dejes de ver su vídeo en YouTube tomado en enero cuando recibía el premio Hasty Pudding Woman of the Year en Harvard Univerity, pues esta venerada actriz dramática dijo unas palabrotas, dio varias vueltas y dejó impresionados a los presentes con un "twerk". "O, Dios, pensé que eso sería mi final", dijo ella.
Pero, por supuesto, no fue así.
Su película más reciente The Hundred-Foot Journey, que estrenará en agosto, es un drama enternecedor acerca de una gastrónoma exigente que no puede concebir la idea de que frente a su restaurante francés ganador de premios Michelin abrirá un restaurante familiar de comida india. A pesar de que la cocina no es una de las fortalezas de Mirren ("La sopa que hago sabe extraña", dice ella) ella era la actriz idónea para ese papel. "Cuando Helen Mirren está en tu película, te dices a ti mismo 'presta atención'", señala Steven Spielberg, coproductor de la película, junto a Oprah Winfrey.
"Con Helen", añade el director de la película, Lasse Hallström, (My Life as a Dog (Mi vida como un perro) y Chocolat), "no hay posturas ni pretensiones, ella sabe exactamente lo que quiere y no le teme a tomar el control de una escena. Ella es muy británica, pero también tiene un toque de esa esencia rusa en su sangre".
Su nombre de pila es Ilyena Lydia Vasilievna Mironoff y nació en Londres el 26 de julio de 1945. Pero "Helen Mirren" tenía ese tono escocés que su padre, Vasily, de ascendencia rusa, sabía que ayudaría a su hija a adaptarse. La trayectoria militar de esta familia rusa era tan distinguida que hasta Tolstoy hace referencia a los Mironoffs en War and Peace (Guerra y paz). Sin embargo, la Revolución rusa fue difícil y cuando el padre de Mirren no tocaba viola con la Filarmónica de Londres, trabajaba como taxista. Su madre, Kathleen Rogers, era la 13ra de los 14 hijos de la hija de un carnicero del este de Londres, quien le suplía a la reina Victoria.
Los padres de Mirren solo querían que sus tres hijos —la actriz tiene una hermana mayor y un hermano menor, el cual falleció— se labraran un futuro y no pasaran necesidades. A pesar de que su padre no dejó deudas, el valor total del patrimonio de los Vasily, tras la muerte de su padre a los 67 años, era de $450. Tras ver a sus padres pasar necesidades, Mirren dedica su tiempo a trabajar con varias obras de caridad como Meals on Wheels y Age UK. "Me preocupa mucho la población de adultos mayores", explicó, y "los sacrificios que hicieron por mi generación. Sería muy injusto que nadie se preocupara por ellos".
Mirren quiso ser actriz desde los 6 años. En contra de sus padres (ellos esperaban que se conviertiera en maestra o doctora), se unió al National Youth Theatre y llamó la atención con su interpretación de Cleopatra. Luego de esto interprerpretó los clásicos junto a los futuros gigantes de la actuación Patrick Stewart y Ben Kingsley con la alardeada Royal Shakespeare Company.
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