Vida Sana
| “Soy como un dibujo animado”, dijo una vez Dolly Parton. “Ya me lo puedo imaginar: me empujarán en una silla de ruedas y aún tendré cabello voluminoso, uñas largas, tacones altos y un gran escote”.
El ícono de la música country cumplió 75 años el 19 de enero, y aún tiene todo eso, pero sin la silla de ruedas. Conocida por su estilo hiperfemenino, su hermosa voz, sus maravillosas composiciones y sus raíces rurales de Tennessee (fue una de doce hijos que se criaron en una cabaña de una sola habitación), Dolly tiene uno de los legados más impresionantes del mundo del espectáculo: ocho premios Grammy, más de 100 millones de discos vendidos y un imperio con un valor aproximado de $500 millones que incluye películas, libros, una empresa de producción y el parque de diversiones Dollywood.
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Pero la estrella —compositora de canciones que nunca pasarán de moda como “Coat of Many Colors”, “Jolene” y “I Will Always Love You”— es mucho más que sus grandes ventas y su exuberante imagen pública. “Creo que esa mujer tiene más talento por molécula que cualquier otra persona en el planeta”, le dijo Ken Burns con entusiasmo a AARP en una entrevista del 2019 sobre su documental Country Music. “Adoro a Dolly. Es fantástica”.
Estas son diez razones por las que nosotros también la adoraremos siempre (con ayuda de las propias palabras de Dolly).
1. Su humildad
Dolly, una superestrella que nunca se ha olvidado de sus raíces, habló de haber crecido “sin nada” con franqueza, humor e incluso con gratitud por las lecciones que esto le enseñó. “Estoy orgullosa de mi origen rural y pobre”, le dijo a Southern Living. “Eso me mantiene humilde. Te mantiene con los pies en la tierra. Y no importa qué tanto intentes huir de ello; si es quién eres, es quién eres".
2. Su ambición
Dolly estaba decidida a ser una cantante famosa. En el 2009, describió la noche que se graduó de la escuela secundaria en 1964: “A todos se nos pidió que nos pusiéramos de pie y habláramos sobre lo que íbamos a hacer con el resto de nuestra vida. Y todos tenían una historia distinta. Y cuando fue mi turno, me puse de pie y dije: ‘Voy a ir a Nashville y voy a ser una estrella’. Todo el público se rio a carcajadas. Y me dio mucha vergüenza porque pensé: ‘Qué extraño. ¿Por qué se ríen todos? Porque eso es lo que voy a hacer’”.
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