7 ventajas estar con una mujer madura

Quien me hubiera dicho cuando era joven que conocería al amor de mi vida a los 46 años. No solo eso, sino que volvería a casarme ¡a los 50! Para quienes piensen que no es posible enamorarse de nuevo en la madurez, escribí un libro titulado Volver a empezar: cómo encontrar el amor si has perdido la esperanza (Ediciones Obelisco, 2011). En él comparto la historia de mi divorcio, mi introspección y el camino que me llevó a casarme de nuevo, muy felizmente.

Aunque mi esposo y yo afirmamos que nuestra relación de pareja es la mejor que hemos tenido ambos hasta el momento, hemos llegado a la conclusión de que esto no hubiera sido posible si nos hubiéramos conocido cinco, 10 o 20 años antes. ¿Por qué? Porque cuando nos conocimos, ambos teníamos un divorcio e hijos de corta edad, y habíamos madurado muchísimo, cada uno por su lado. Cuando decidimos formar una familia, lo hicimos con plena consciencia, algo que quizá no se tiene en la juventud, cuando nos mueven otros impulsos, como el de tener hijos, por ejemplo.

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El llegar a los 45 o 50 años significa que hemos superado muchísimos obstáculos en la vida y hemos aprendido de ellos. Nuestro carácter se ha templado, tenemos una mayor autoestima y una actitud más madura ante las relaciones de pareja.

Aunque lo que acabo de decir se aplica tanto a hombres como mujeres, quiero compartir contigo las ventajas de estar en pareja con una mujer madura. Pero además, te invito a que compartas tus motivos en la sección de comentarios o en Facebook.

1. No nos andamos con juegos. Ya no tenemos edad de estar perdiendo el tiempo. Si queremos salir contigo, vivir juntos o casarnos, te lo diremos y, si no, también. Tampoco te apresuramos a tomar una decisión con respecto a la relación. “Una mujer madura sabe que la prisa no sirve para nada”, dice Eva Bernal, bloguera de 48 años. “Aunque por un lado nos estemos haciendo más mayores y parezca que por eso tendríamos que correr, por otro sabemos que si le damos tiempo a las cosas, todo puede ocurrir. Y que si no ocurre, no pasa nada”, según Bernal.

2. Podemos conversar durante horas. Nos interesa el sexo, pero nos estimula más una buena conversación. A estas alturas de la vida, una conexión intelectual y espiritual es más importante que la atracción física. “Enamorarse de una mujer de más de 50 años es descubrir que el tiempo es solo una invención", dice la filóloga y escritora Rosario Curiel, de 51 años.