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Las madres ya sabemos que tarde o temprano los hijos se irán del nido para forjar su propio camino, ya sea porque se van a vivir independientemente o porque se casan o forman una pareja. También puede ser porque han decidido estudiar o trabajar en otra ciudad y a veces otro país. Las madres hispanas no estamos tan acostumbradas a esto último. Nos gusta tener cerca a los nuestros y puede resultarnos difícil aceptar que nuestros hijos se muden lejos. Para nosotras siempre serán nuestros pequeños y, por eso, puede ser complicado enfrentar esta separación. Además, el momento en que los hijos se van puede coincidir con momentos especiales de nuestra vida, como la menopausia, un divorcio o un cambio laboral. Esto dificulta aún más el estado emocional en que nos encontremos.
Este año, mis hijos cumplen 16, 14 y 13 años. Dentro de dos años mi hija mayor se preparará, o al menos eso espero, a ir a la universidad en otra ciudad. Esto por un lado me llena de orgullo pero, por otro, me da miedo. Aunque me hice mamá siendo mayor —tuve a mi primera hija a los 37 y a la segunda a los 40, y un hijastro desde hace ocho años—, me he acostumbrado a vivir en una casa llena de gente joven. Por mucho que me queje a veces de lo difícil que es lidiar con tres adolescentes y mi trabajo al mismo tiempo, la verdad es que no espero ansiosamente el día en que el hogar se quede vacío.
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Soledad, tristeza y aburrimiento son algunas de las emociones que pueden invadirnos cuando se van de casa nuestros hijos. Es inevitable, no podemos fingir que no nos afecta o que no los vamos a extrañar. Sin embargo, podemos poner de nuestra parte y prepararnos para que, cuando llegue el temido momento, no sea devastador. Aquí una muestra de cómo prepararte.
Prepárate mental y emocionalmente
Para que la soledad no nos invada de un día para el otro y pasemos del todo a la nada, es bueno tener actividades y relaciones más allá de nuestros hijos. Así, cuando ya no estén bajo nuestra tutela, tendremos una vida que no gire solamente alrededor de ellos.
Prepara a tus hijos
Para ellos también es un gran cambio. Sin agobiarlos, podemos enseñarles cosas útiles para que sean independientes. Si sabemos que pueden valerse por sí mismos, cuando se vayan no estaremos tan preocupadas.
Pasa tiempo con tu pareja
Si estamos en pareja, podemos tomar este momento para redescubrir nuestra relación, ya no como padres, sino como compañeros de vida. El hecho de encontrarse solos nuevamente puede beneficiar la vida sexual de la pareja. Si aún vives con el padre de tus hijos, aprovecha para hablar de tus inquietudes y compartir sentimientos, quizás él también esté triste. Si no tienes pareja, puede ser el momento de probar suerte de nuevo en el terreno amoroso.
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