Vida Sana
Quizá te pasa como a muchos de nosotros que guardamos recuerdos u objetos del pasado. ¿Qué hacer cuando no quieres deshacerte de estos? Hay una solución que incluso puedes disfrutar bastante.
Decora con tus viejas fotos de familia
Las fotos antiguas, además de su gran valor sentimental, resultan muy decorativas. Escoge las fotos que tengas en blanco y negro y ponlas en marcos del mismo color, pero de distintas formas y tamaños. Combina los marcos colgados directamente en la pared con otros apoyados en repisas estrechas (ledge shelves) que se cuelgan en la pared a distintas alturas. En estas repisas puedes intercalar las fotos con adornos favoritos, como pequeñas esculturas o platos de cerámica.
Renueva antiguos cojines
Atrévete a darles un nuevo aire a los cojines del sofá usando materiales que ya tienes en casa. Si se te da bien coser, prueba por ejemplo a hacer una funda usando el retal de una tela que te guste o incluso un suéter de lana que ya no uses (para cerrar el cojín usa velcro si no quieres complicarte poniendo una cremallera o cierre). También renueva tus cojines con una flor de fieltro, cintas o lazos de distintos colores y anchuras o botones grandes que formen una hilera.
Sé creativo con las vajillas desparejadas
Esos preciosos platos, planos y hondos, y tazas de café o de té son ideales para dar un toque de estilo a los objetos cotidianos. Prueba, por ejemplo, a poner un viejo azucarero en el baño con los algodones o con tus brochas de maquillaje. Las pequeñas tazas te servirán para decorar la mesa en ocasiones especiales si pones dentro un capullo de flor o una velita de té. Y los platos, combinando distintos tamaños, te pueden valer para añadir un toque original a cualquier pared.
Restaura un pequeño mueble
Una simple mano de pintura o una pátina que le dé un aire envejecido a un mueble es, quizá, lo único que necesites para verlo como nuevo. Otra opción, todavía más sencilla, es simplemente cambiar los agarradores o pomos por otros más modernos o más decorativos, dependiendo de cuál vaya a ser su nuevo uso. En el caso de una silla vieja que necesite un asiento nuevo, puedes usar un cojín plano para reemplazar la silla y remátalo con tachuelas grandes y decorativas.
Adorna con viejos libros
Si quitas las cubiertas de papel a algunos de tus viejos libros, te va a sorprender la belleza, color y textura de sus lomos y portadas. Así que, para aplicar esta última tendencia de la moda, comienza apilando libros de tamaños similares y úsalos para dar altura a un jarrón con flores o para crear un punto de interés visual en la mesa de café o en la repisa de la chimenea. Los que dejes en el librero, intercálalos vertical y horizontalmente.
Juega un poco con antiguas botellas
En lugar de los clásicos jarrones de cristal, experimenta con el poder decorativo de las antiguas botellas de cristal o las botellas de vidrio de colores. Una vieja botella de leche o de gaseosa, por ejemplo, es ideal para poner un ramo de flores frescas en la cocina. Las botellas de colores pueden convertirse fácilmente en un candelero o en un florero. Además, las botellas que suelen usarse para servir los licores pueden servir para tener a mano (o regalar) un aceite o vinagre gourmet.