Herencia: cómo abrir el diálogo

P: ¿Y la herencia cae dentro de esta categoría?

R: No existe un buen manual que explique cómo manejar la herencia. Puede darle algunas pautas el hecho de hablar con personas que sepan de planificación patrimonial, consejo profesional y legal. Pero se complica, porque los familiares se olvidan de comunicar sus decisiones. Creo que ese es el gran problema.

P: Usted mencionó cuán incómodo puede ser este tema. ¿Cuál es la mejor manera de empezar una conversación?

R: Cada situación es diferente. Primero, conviene recurrir a charlas individuales, en especial entre hermanos o entre los padres con cada hijo. Pero también es bueno reunir a todos siempre que sea posible, para asegurarse de que todas las cartas están sobre la mesa y de que están todos en la misma frecuencia. Incluso, cuando las familias no residan unas cerca de las otras, puede hacer una videollamada a través de FaceTime o Skype, o por lo menos hacer una llamada telefónica en conferencia. Es realmente bueno conversar individualmente y en forma grupal.

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P: Para aquellas personas que empiezan a pensar en entregar cosas, ¿es importante la edad o el orden de nacimiento de los herederos? ¿Debería el hijo o nieto mayor tener prioridad en la elección o recibir los artículos más valiosos?

R: No. No sería justo para los demás. Pero si todos acuerdan que el mayor elija primero, está bien. Sin embargo, la mayoría de los profesionales aconsejarán algún tipo de sorteo. Supongamos que hay cuatro hermanos; podrían sacar nombres o números de un sombrero, por lo que el mayor bien podría terminar eligiendo en cuarto lugar.

P: ¿Está bien declinar un artículo que se ha recibido si uno sabe que no lo va a usar?

R: Si la persona ya ha fallecido, sin duda puede informar al resto de sus familiares que no es algo que usted vaya a usar y que no está interesado en recibirlo. Pero es más delicado cuando la persona está con vida y quiere darle algo a usted. La respuesta dependerá de la relación que tenga con esa persona y de si el rechazo herirá sus sentimientos.

P: ¿Deberían esperar un obsequio más provechoso los hermanos que hayan aguantado mayor carga en el cuidado de padre o la madre?

R: Puede ser un factor a considerar, siempre que todos estén de acuerdo. La balanza podría inclinarse hacia una persona. Esto funcionará en tanto no despierte resentimiento en los demás.

P: ¿Qué ocurre si le han dado algo que no usará? ¿Puede dárselo a alguien más? ¿Venderlo?

R: Si realmente es un recuerdo familiar especial y venderlo entristecería mucho a otros miembros de su familia, entonces yo no lo haría. Si solo se trata de algo que usted sabe que no podrá usar, pero que a otro realmente le gustaría tener —y si ello no va a caerle mal a nadie más—, entonces puede dárselo a esa persona. Algunas personas venden los objetos heredados, y eso está bien si no genera malestar en su familia.

P: Si usted tiene su ojo puesto en un objeto determinado, ¿es muy grosero pedirlo?

R: En general, uno no pide. Si realmente es alguien cercano, podría decirle a sus padres, por ejemplo: “Si nadie más lo quiere, o ustedes no saben qué van a hacer con ese formidable escritorio, me encantaría tenerlo”. Pero, nuevamente, solamente si no se va a percibir como egoísta o desconsiderado de su parte hacia otros miembros de su familia.

P: Al dividir objetos, ¿cómo se hace para equilibrar el valor monetario respecto del sentimental?

R: Es realmente importante intentar equilibrar el valor monetario. Su intención es ser equitativo. Obtenga una valuación profesional de joyas, libros raros, cuadros y otros artículos valiosos antes de decidir cómo dividirlos. El valor sentimental es algo más difícil de calibrar, pero creo que uno puede hacer una división pareja en este aspecto. Todos tienen sus favoritos desde el punto de vista sentimental. Puede ser que alcancen para distribuirlos entre todos, o quizás tenga que sortearlos.

P: Entonces, que el dador sea específico acerca de sus deseos puede evitar la discordia entre los miembros de su familia.

R: Dejar instrucciones precisas es realmente anticiparse al futuro, y es fantástico cuando funciona de ese modo. No todos planean con antelación o quieren pensar en eso. Pero cuantos menos signos de pregunta queden al final, mejor resultará para todos.