Vida Sana
Ana Reyes es una abogada exitosa en uno de los bufetes de abogados más prestigiosos del país. Parte de su labor es prestar servicios legales gratuitos a refugiados. Pero ella recuerda muy bien haberse sentido perdida y desconectada como alumna de primer grado que solo hablaba español después de haberse mudado a Estados Unidos.
"Ha sido tan significativo para mí volver a tenerla en mi vida y saber que tuve un impacto en ella. Lo hice porque quería lo mejor para ella".
Reyes sabe que no habría podido ayudar a los demás sin la maestra que pasaba horas muy temprano en las mañanas dándole tutoría para ayudarla a aprender inglés y tener éxito en la escuela.
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Hacía mucho tiempo que Reyes, ahora de 46 años, quería darle las gracias a la maestra de primer grado que le dio atención individual en un momento crítico de su vida, cuando recién había llegado a Estados Unidos desde España. De una niña que estaba aburrida y confundida, aquellas sesiones convirtieron a Reyes, que en ese entonces tenía 6 años, en una alumna dotada y cambiaron la trayectoria de su vida.
Con la ayuda de Facebook y una carta conmovedora dirigida al Comisionado de Educación de Kentucky, Reyes se enteró de que el nombre de su maestra era Pat Harkleroad, ahora de 77 años, y la pudo rastrear. Después de una prueba de COVID-19 con resultado negativo, programaron una reunión en la casa de la maestra jubilada, en Louisville.
Sentadas en la sala de Harkleroad, Reyes le leyó la carta que había enviado al estado. Para cuando llegó a la última oración —“deseo dar las gracias e indicar que mi vida muy probablemente no hubiera sido posible sin ella”—, la maestra jubilada estaba secándose las lágrimas antes que se resbalaran por debajo de la mascarilla.
Una fuerte conexión
Algunas semanas después, en una llamada por Zoom, se las oía a las dos como amigas que no se habían visto en mucho tiempo mientras charlaban sobre las sesiones que duraban una hora muy temprano en las mañanas, en las que Harkleroad le enseñaba a la joven Reyes a hablar y luego a leer inglés.
"Ayudaba a todos mis alumnos. Eso es lo que hacía”, dice Harkleroad. “Hay maestros conscientes que trabajan muy, muy duro y habrían hecho lo mismo".
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