Vida Sana
Actualmente, mi hijo tiene 19 años y es perfectamente imperfecto. Pero hace dos o tres años pensaba que solo uno de nosotros saldría con vida de esto. Su comportamiento era irritantemente típico de los jóvenes de entre 14 y 17 años: cambios de humor, rebeldía, una impulsividad que los empuja a hacer cosas estúpidas y una parálisis que les impide hacer lo que deben hacer. Si tienes un hijo de esa edad, ya sabes a qué me refiero. Y tampoco es una sorpresa para ti saber que el año 2020 fue un año difícil. El año pasado fue un annus horribilis para todos, pero muchos psicólogos creen que los más afectados fueron los adolescentes.
"Desde el punto de vista del desarrollo, este grupo de edad está trabajando en la autonomía personal, y el aislamiento social ha sido muy complicado", señala la Dra. Laine Young-Walker, directora del Departamento de Psiquiatría Infantil de University of Missouri Health Care. Se supone que los adolescentes deben pasar tiempo con sus amigos, pero en cambio, pasaron el año en casa con sus hermanos y sus estresados padres. El aprendizaje en línea supuso un gran reto, y los estudiantes que planeaban ir a la universidad tuvieron que renunciar a las visitas al campus. "Este grupo de edad ha tenido que ser flexible y adaptarse al cambio como ningún otro", asegura Young-Walker.
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Para Adam Price, psicólogo y autor de He's Not Lazy: Empowering Your Son to Believe in Himself, parte del reto es la perspectiva. "Aunque fue un año horrible para los adultos, la edad nos permite ver las cosas con perspectiva", dice. "En el contexto de nuestras vidas esto ha sido un mero parpadeo". Pero para los adolescentes, esto no ha sido así: "han perdido amistades, relaciones, momentos importantes como las ceremonias y bailes de graduación, los primeros trabajos; para muchos, todo eso desapareció".
Es más, estas pérdidas han agrandado los dramas habituales de los años de la adolescencia. La ansiedad, la depresión y ese azote especialmente doloroso —compararse con los compañeros y quedar en desventaja—, han tenido un papel crucial para muchos adolescentes. Ahora que estamos saliendo de esta situación, ¿cómo pueden ayudar los padres a que los adolescentes puedan recuperar el buen camino? Los expertos ofrecen algunas respuestas.
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