¿Se están volviendo obsoletas las cámaras digitales autónomas?

Una cámara digital réflex de lente única (DSLR) utiliza un sistema de espejos para reflejar las imágenes en el visor, como las cámaras profesionales de hace treinta años.

Una cámara sin espejo aporta una velocidad y una calidad de imagen comparables, pero es más pequeña, más liviana y menos voluminosa. Te permite controlar el enfoque; la velocidad de obturación; el diafragma, el tamaño de la abertura del lente por donde pasa la luz; y la sensibilidad a la luz, igual que los controles manuales de una DSLR. Además, casi todas permiten utilizar lentes intercambiables.

Tu nivel de comodidad con la cámara es primordial, sostiene Bernabe. No tendrás una segunda oportunidad de fotografiar ese momento mágico, ya sean los primeros pasos de un nieto o esa toma irrepetible del salto de una ballena.

Ventajas de las cámaras

Si bien la fotografía con teléfonos inteligentes ha mejorado, una cámara autónoma sigue siendo mejor, sobre todo porque el pequeño sensor de un teléfono inteligente —que interpreta los datos que capta el lente— no puede asimilar tantos detalles (incluida la luz) como los sensores más grandes de las cámaras autónomas.

Mejor funcionalidad del zum. Cuando no puedes acercarte físicamente a lo que quieres fotografiar, como un pájaro en un árbol, necesitas hacer zum para verlo más de cerca. Las cámaras de los teléfonos inteligentes suelen intentar acercarse digitalmente al añadir más píxeles (puntos) a la imagen para simular el efecto de cercanía. Sin embargo, ninguna foto tiene tan buena calidad como la que se toma con un verdadero lente de zum óptico que sobresale de la parte frontal de la cámara.

La posibilidad de cambiar los lentes que tienen las cámaras DSLR y muchas cámaras sin espejo te permite pasar del teleobjetivo para tomar fotos nítidas desde lejos al gran angular para captar grandes paisajes como el Gran Cañón, al lente ojo de pez para lograr efectos especiales o al macro para hacer auténticos primeros planos.

Durabilidad. Algunos teléfonos inteligentes son sumergibles, pero ciertamente no deberías bucear con tu teléfono. Muchas cámaras económicas automáticas son lo que sus fabricantes denominan “a prueba de aventuras”, de modo que pueden sumergirse por completo. Algunas incluso vienen en colores brillantes (como naranja o verde) para poder localizarlas fácilmente mientras tomas fotos bajo el agua.

Con frecuencia, estas cámaras resistentes están preparadas para resistir la congelación cuando esquías y haces snowboard y también para resistir caídas y golpes, por lo que pueden soportar impactos desde bastante altura. ¿Tu teléfono puede resistir tanto?

Almacenamiento. Las cámaras autónomas utilizan tarjetas de memoria extraíbles, por lo que nunca te quedarás sin espacio de almacenamiento interno como ocurriría con un teléfono inteligente. Además, con los años han bajado bastante los precios de las tarjetas de memoria y ha aumentado la cantidad de espacio de almacenamiento.

Cuando utilizas tu teléfono inteligente para tomar fotos y grabar video, consume tanto espacio de almacenamiento como batería. Una cámara independiente viene con su propia batería, de modo que no arriesgas ni agotas la energía de tu teléfono inteligente.

Por qué elegir el teléfono

La mejor cámara es la que llevas contigo. Y para la mayoría de la gente, se trata de un teléfono inteligente.

La calidad de la imagen de las fotos y los videos que toman los teléfonos inteligentes sigue mejorando, sobre todo con teléfonos de primera línea como el iPhone 14 Pro de Apple, el Google Pixel 7 Pro y el Galaxy S22 de Samsung. Con los años, los teléfonos también han mejorado la estabilización de la imagen para evitar que las fotos salgan borrosas, los megapíxeles —la cantidad de puntos que componen la imagen— y el tamaño de los sensores.

La fotografía nocturna, que solía constituir una deficiencia importante de los teléfonos inteligentes, también es mucho mejor. Casi todos los teléfonos pueden crear un elegante efecto de fondo borroso con profundidad de campo —conocido como bokeh— y algunos incluso pueden disparar en formato RAW sin comprimir.

Los teléfonos inteligentes no solo tienen conectividad wifi y móvil para enviar sin dificultad una fotografía en un mensaje de texto o un correo electrónico, sino que también te permiten subirla a las redes sociales en el momento. Las aplicaciones de almacenamiento en la nube, como iCloud o OneDrive, suben y almacenan al instante tus fotos y videos, lo que supone una gran ventaja si pierdes el teléfono.

Por último, los teléfonos inteligentes te permiten editar fácilmente las fotos con potentes herramientas integradas o con aplicaciones de terceros para retocarlas y mejorarlas. Puedes agregar filtros divertidos y efectos especiales, e incluso crear un rompecabezas con tus fotos con el que se puede jugar y que a veces puedes compartir.

Da prioridad a lo que necesitas

Si sigues indeciso entre utilizar un teléfono inteligente o una cámara autónoma para inmortalizar tus recuerdos, piensa de forma realista en el tipo de fotografía que piensas tomar.

Si deseas adoptar un nuevo pasatiempo, elige una cámara autónoma. Si prefieres documentar los momentos cotidianos, tu teléfono puede ser tu mejor opción. También puedes elegir lo mejor de ambos mundos y quedarte con las dos alternativas.