Los autos que combinan funcionalidad y calidad

Revivamos la introducción del éxito televisivo de los años 50, Lone Ranger:

Retrocede con nosotros a esos emocionantes tiempos de antaño, cuando los compradores de autos decidieron que lo práctico no tenía que ser sinónimo de aburrido, y empezaron a comprar vehículos deportivos de alto rendimiento de esos sedanes familiares y simples que casi todos conducían en los años 50, los 60 y hasta los 70.

Tal vez recuerdes los sedanes Chevrolet de los años 60 con motores de 409 pulgadas cúbicas (6.7 litros en términos actuales) que generaron el éxito “409” de los Beach Boys. O los sedanes Chevy de 1959 con motores de 348 pulgadas cúbicas (5.7 litros), los cuales Car and Driver clasificó como: “Emocionantes y fascinantes de conducir... Ahora viene con ese resonante y abrupto estruendo que hemos aprendido a relacionar con los desenfrenados y veloces motores V-8”.

O el Ford Galaxie de los años 60 con motor V-8 de 406 pulgadas cúbicas (6.65 litros) que no generó canciones exitosas pero recibió los halagos de Car and Driver en 1962: “Algo como la potencia de un Ferrari a una quinta fracción del precio".

El sedán de la serie 300 de Chrysler en los años 50 y 60, y el auto económico Tempest, de Pontiac, equipado con el rugiente motor V-8 para justificar el nombre GTO y hacerse acreedor de los elogios de Motor Trend en los años 70: “el mejor auto estadounidense que hemos conducido hasta ahora y probablemente uno de los cinco o seis mejores autos del mundo para el conductor aficionado".

Tal combinación de arranque y funcionalidad se filtró incluso en los años 80, cuando había obsesión por el ahorro de combustible debido a la escasez del mismo y a los aumentos de precio de los años 70. El famoso diseñador y conductor de autos deportivos Carroll Shelby turbocargó el auto económico Dodge Omni de los años 80 (en inglés) y lo convirtió en un auto superpotente, con lo que demostró que la fiesta todavía no se acababa para los que querían divertirse con sus prácticos sedanes de cuatro puertas con bajo consumo de combustible.

Ford experimentó en los tiempos modernos con el sedán SHO Taurus de 1989 (contenido en inglés. SHO son las siglas en inglés de Potencia Superalta), con el fin de que fuera un artículo de edición limitada. Pero fue tan popular que Ford lo mantuvo hasta 1999 y después lo resucitó para el modelo 2010, y se sigue vendiendo este año.

Vehículos serios por afuera

Hemos tenido una larga aventura con los vehículos comunes y prácticos, respaldados con acreditaciones deportivas importantes. La fórmula florece de nuevo en el universo de los SUV, que representan alrededor del 48% de todos los nuevos vehículos vendidos, según datos de Edmund.com.

Los SUV se distinguen como los favoritos entre los compradores de nuevos vehículos en hogares donde las personas a cargo de tomar las decisiones tienen más de 55 años. Estas personas prefieren un SUV el 54.1% de las veces, según datos proporcionados a AARP por IHS Markit, donde se analiza información de la industria. ¿Segundo lugar? Los sedanes con tan solo un 20.9%.

Hay más producción de los SUV rápidos, que pueden girar brusco y detenerse a la brevedad, e incluyen desde los modelos ‘crossover’ comunes, similares a los autos, como Hyundai Niro y Ford Edge ST, hasta los modelos basados en camionetas como Chevrolet Tahoe RST Performance Edition.

"Eso es exactamente lo que está en demanda. Como cambian los tipos de vehículos, siempre habrá versiones potentes”, dice Matt DeLorenzo, director ejecutivo de redacción en Cox Automotive.

Esto antecede a los autos, piensa, desde cuando la burla era, “yo tengo cuatro caballos y tú tienes dos".

La compañía tiene más de dos docenas de marcas, como Kelley Blue Book y Autotrader.

"Es el mismo tipo de comprador que buscaba el sedán de alta potencia” hace décadas, dice Mark Takahashi, un editor ejecutivo en la empresa de investigación Edmunds.com.

El poder está en el interior

Los iconos del fenómeno actual son las versiones ST de Ford del Explorer 2020, totalmente rediseñado, y el modernizado Edge, que salió a venta como un 2019.

Pero otros están volando ligeramente bajo. Algunos son trabajos camuflados que no llevan la denominación de "apártate de mi camino" pero tienen motores rápidos, y en muchos casos suspensiones y frenos modernizados.

Por supuesto, esto está ocurriendo debido al dinero que producen.

"Ford es genial”, dice Ian Beavis, director de estrategias en la empresa de investigación y consultoría AMCI. “Han encontrado un mercado y precio” ideales para sus productos.

"Hay un porcentaje que no quiere un vehículo aburrido para su conducir diario”, dice.

Beavis lo ha notado especialmente entre los compradores del mercado exclusivo, según dice.

"Tengo un par de amigos que han pasado de los sedanes (Mercedes-Benz) AMG (alta potencia) a los SUV de Mercedes. Son leales a Mercedes, pero quieren la posibilidad de entrar y salir de sus vehículos y contar con espacio para todos sus nietos”, dice Beavis, y señala que muchos SUV tienen una altura práctica para subir y bajar. No tienes que trepar o caer.

"Además, en comparación con los sedanes, no se pierde tanto con los SUV”, dice.

Como por ejemplo el ST Edge. Puedes contar con frenos enormes y llantas gruesas con súper tracción, combinados con la suspensión firme estándar del ST, el volante reactivo y la potencia similar a la de un motor V-8 en su V-6 turbocargado.

El comprador promedio de autos nuevos tiene 54 años, según datos de Beavis, y su investigación también muestra que a esa edad es cuando las carteras y las posesiones son grandes, por lo que $50,000 o hasta $60,000 y más, a cambio de un tiempo ameno detrás del volante, puede parecer razonable, agrega.

Estos son algunos SUV divertidos para todos los adultos atrevidos, junto con algunos de los modelos anteriores que se podrían considerar sus predecesores espirituales.

Puedes encontrar SUV más deportivos si buscas en el territorio lujoso de Audi/BMW/Mercedes-Benz/Porsche, y algunos modelos iniciales de esas marcas tienen precios similares a los que ponemos en la lista. Hemos tratado de incluir los nombres convencionales, con la intención de que sean más interesantes para la mayoría de la gente.