Vida Sana
Los ecos de la Guerra Civil, la mayor contienda de la historia de la nación, aún repercuten de costa a costa.
Algunos ecos son realmente fuertes: el fin de la esclavitud, quizas la peor desgracia en la historia del país y 620.000 antepasados perdidos. Otros se han vuelto más tenues con el pasar de los años, pero son, igualmente, legados de los cuatro horribles y heroicos años que nos formaron como nación.
Ocho maneras en que la Guerra Civil cambió para siempre la forma en que vivimos:
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1. Tenemos ambulancias y hospitales
La Guerra Civil comenzó durante el último respiro de la medicina medieval y terminó en los albores de la medicina moderna. Los dos lados entraron en la guerra con escuadrones endebles de médicos, cuya única capacitación se basaba en el estudio de libros. Cuatro años después, legiones de médicos formados en el campo de batalla, expertos en anatomía, anestesia y cirugía, se preparaban para lograr enormes avances en la medicina.
El primer cuerpo de ambulancias de la nación fue creado durante la Guerra Civil con el propósito de trasladar soldados heridos a hospitales de campaña en carretas específicamente diseñadas y desplegadas para ese fin. La idea era recoger a los soldados heridos, llevarlos a una "estación de vendaje" y entonces trasladarlos al hospital de campaña.
Los médicos organizaban los hospitales como campamentos, divididos en áreas destinadas a actividades específicas, como la cirugía y la convalecencia. Las mujeres acudían en gran número a servir de enfermeras en esos hospitales.
Antes de la guerra, la mayoría de las personas recibía atención médica en sus hogares. Después de la guerra, surgieron en todo el país hospitales adaptados al modelo de campaña. La ambulancia y el cuerpo de enfermeras se volvieron elementos permanentes de la medicina. La enfermera más famosa de la Guerra Civil, Clara Barton, pasó a fundar la Cruz Roja Americana. El hospital moderno desciende directamente de aquellos primeros centros médicos.
2. Valoramos a Estados Unidos como la gran tierra de las oportunidades
La Guerra Civil allanó el terreno para que los estadounidenses vivieran, aprendieran y se trasladaran en formas que parecían casi inconcebibles unos cuantos años atrás. Con estas puertas de oportunidad abiertas, Estados Unidos experimentó un rápido crecimiento económico. Los inmigrantes también comenzaron a ver a la pujante nación como una tierra de oportunidades, y a llegar a estas costas en números sin precedentes.
Durante muchos años, los legisladores del Sur habían bloqueado la aprobación de los llamados "land-grant bills", que concedían tierras a colonos con la condición de que las trabajaran. Pero después de la secesión, los sureños ya no estaban presentes en el Congreso, y en 1862 este aprobó una serie de concesiones de tierra que cambiarían para siempre el paisaje político, económico y físico de Estados Unidos:
- El primer ferrocarril transcontinental. También conocido como el "Ferrocarril del Pacífico", la primera vía transcontinental del mundo, construida entre 1863 y 1869, tenía como propósito -al menos parcial- vincular California con la Unión durante la Guerra Civil. Para construir la línea, las compañías ferroviarias Union Pacific y Central Pacific recibieron del gobierno derechos de vía de 400 pies de ancho, más 10 millas cuadradas de tierra, por cada milla de vía férrea que construyeran.
- Colonos en el Oeste. El Homestead Act, promulgado en 1862, dispuso que cualquier ciudadano adulto (o persona con intención de hacerse ciudadano que nunca hubiera portado armas contra el gobierno estadounidense) podría recibir 160 acres de tierra gubernamental tras de vivir en ella y mejorarla durante cinco años. Después de la Guerra Civil, acreditaron a los soldados de la Unión el tiempo que habían servido en el ejército para efectos del requisito de residencia.
- Nacen universidades de las tierras estatales. El Morrill Land Grant Act autorizó la venta de tierras públicas en todos los estados para subvencionar el establecimiento de universidades dedicadas a "las artes agrícolas y mecánicas". También exigía la enseñanza de tácticas militares. Con el tiempo, la nueva ley daría origen a instituciones de enseñanza superior como Michigan State, Texas A&M y Virginia Tech.
Ese mismo año trajo otra innovación —papel moneda nacional— que financiaría la expansión del gobierno y al mismo tiempo facilitaría el comercio de costa a costa. En 1862, los gastos de la Unión llegaron a tal punto que el gobierno no encontraba manera de seguir financiando la guerra. "Es de gran importancia la acción inmediata", dijo al Congreso el Secretario del Tesoro, Salmon P. Chase. "La hacienda pública está casi vacía". La solución: pagarés del Tesoro, que no devengarían interés y estarían impresas en el mejor papel bancario, según le propuso al presidente Abraham Lincoln el Cnel. Edmund D. Taylor, posteriormente conocido como "el padre del billete".
3. Comenzamos el verano rindiéndoles homenaje a los soldados caídos
¿Alguna vez se ha preguntado por qué exponemos banderas y conmemoramos a los soldados caídos justo cuando comienza el verano? Pues, por las flores.
Los primeros días de recordación fueron acontecimientos colectivos organizados en 1865, tanto en el Sur como en el Norte, por blancos y negros, justo un mes tras haber terminado la guerra. Estos "días de decoración", que pronto se volvieron una tradición anual, por lo general se fijaban a principios de verano, cuando era posible encontrar la mayor cantidad de flores para colocar sobre las lápidas.