Tribunal dictamina que los propietarios deben proteger a los residentes contra ataques homofóbicos
Un tribunal de apelaciones anula la desestimación del caso de un hogar para jubilados.
In English | En un triunfo para las personas mayores lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT), el Tribunal de Apelaciones de EE.UU. del Séptimo Circuito dictaminó que los propietarios pueden considerarse responsables conforme con la Ley de Vivienda Justa (FHA) si no protegen a los residentes contra el acoso homofóbico por parte de otros residentes.
Recibe contenido similar, suscríbete a nuestro Boletín
AARP presentó un escrito de amicus curiae en la demanda entablada por Lambda Legal, una organización defensora de los derechos de la comunidad LGBT, contra Glen St. Andrew Living Community, un centro de viviendas para adultos mayores en Niles, Illinois, en representación de Marsha Wetzel. Wetzel se mudó a la comunidad de Glen St. Andrew cuando su pareja del mismo sexo falleció, tras una relación de 30 años. Según la demanda, en Glen St. Andrew Wetzel fue "sometida a un patrón de discriminación y acoso por su sexo y orientación sexual", incluidos tres ataques por separado llevados a cabo por otros residentes.
Según la demanda, Wetzel solicitó la ayuda de Lambda Legal cuando los administradores de Glen St. Andrew no cumplieron en su deber de abordar sus quejas. En julio del 2016, Lambda Legal entabló una demanda en el Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Norte de Illinois, en el que argumentó que las medidas tomadas por Glen St. Andrew violaron ambas la Ley de Vivienda Justa federal y la Ley de Derechos Humanos de Illinois. El tribunal desestimó el caso en enero del 2017. Lambda Legal recurrió al tribunal del Séptimo Circuito, que revocó la desestimación. El escrito de AARP detalló los problemas que las personas mayores de la comunidad LGBT pueden enfrentar en las viviendas para adultos mayores y argumentó que los propietarios tienen muchas opciones con las que proteger a los inquilinos contra el acoso. En la actualidad el caso se verá de nuevo en el tribunal de distrito para tomar las medidas adicionales que se consideren necesarias.
"Este es un triunfo importante para los adultos mayores de la comunidad LGBT como la Sra. Wetzel y para todos los inquilinos", dijo Susan Ann Silverstein, abogada sénior de AARP Foundation. "Nos complace mucho que el tribunal haya reconocido que los propietarios tienen la responsabilidad de evitar y abordar el acoso, independientemente de si los propietarios mismos tenían pensado discriminar".
Wetzel, "al igual que todas las personas que viven en hogares alquilados, sean o no LGBT, debe tener la seguridad de que por lo menos estará segura y no será víctima de acoso discriminatorio en su propio hogar", dijo Karen Loewy, asesora sénior y estratega de asuntos de adultos mayores de Lambda Legal. "Lo que le sucedió a Marsha fue ilegal e inadmisible, y el Tribunal ahora ha puesto bajo aviso a todos los propietarios y les ha advertido que tienen la obligación de tomar medidas para ponerle fin al acoso conocido".
Según las investigaciones de AARP, se estima que unos 3 millones de personas LGBT en Estados Unidos tienen 65 años o más. Más del 60% de las personas que contestaron la encuesta "Maintaining Dignity" de AARP, dirigida a los adultos LGBT de 45 años o más, piensan que podrían negarles o recibir atención limitada en centros de vida asistida, y también temen que estarían en peligro de descuido, abuso, maltrato o acoso verbal o físico. A casi el 90% de los adultos LGBT les preocupa en un futuro tener que esconder su identidad para poder tener acceso a viviendas aptas para ellos a medida que envejecen.
Glen St. Andrews publicó una declaración en la que "[niega] encarecidamente los alegatos en relación con los hechos denunciados en la demanda" y afirmó que "presentaría su caso ante el tribunal en el momento apropiado".
Wetzel se ha mudado a otro centro de vida asistida.