Vida Sana
Elliott Appel es un asesor financiero especializado en ayudar a cuidadores y es hijo de un hombre que luchó contra el cáncer de pulmón, y por eso conoce perfectamente la forma de conciliar las necesidades de un ser querido, las exigencias de la vida laboral y familiar y el deseo de mantener la propia estabilidad económica.
“Es un reto”, señala. “Hay muchas prioridades que compiten entre sí, y por lo general no hay suficiente dinero para cubrir todo”.
Esta lucha es algo que conocen millones de cuidadores en Estados Unidos. Sin embargo, la carga puede ser particularmente difícil para las personas de 50 años o más.
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Si aún continúas trabajando, es probable que sean los años de mayores ingresos, afirma Appel. Tomar una licencia o dejar de trabajar por completo para cuidar a otra persona puede significar perder salarios considerables y los beneficios que ofrece el empleador, como la contribución equivalente a un plan 401(k). Al mismo tiempo, los cuidadores pueden tener que hacer frente a gastos de bolsillo, como las facturas de recetas y citas médicas.
Además, si estás jubilado y vives con ingresos fijos, esos gastos adicionales pueden arruinar rápidamente hasta los mejores presupuestos.
Una encuesta del Employee Benefit Research Institute (EBRI) que acaba de publicarse indica que el 55% de los cuidadores que trabajan y el 37% de los cuidadores jubilados ayudan económicamente a una persona que recibe cuidados. Entre los trabajadores y los jubilados que brindan ese apoyo, casi cuatro de cada diez gastaron entre $5,000 y $14,999 en los doce meses anteriores.
Según un informe reciente de AARP, se calcula que los cuidadores familiares del país ofrecieron cuidados no remunerados por valor de $600,000 millones en el 2021. Esta cifra representa un enorme aumento de $130,000 millones con respecto al 2017, el último año que se estudió.
No cabe duda de que el costo del cuidado puede ser intimidante. Sin embargo, puedes tomar medidas estratégicas para mantenerte encaminado en tus finanzas mientras brindas apoyo a otra persona. Aquí te decimos qué hacer:
Consolida tu base económica. “Debes cuidar de ti mismo”, sugiere Appel. “Si no te sitúas en una buena posición, no tendrás recursos para cuidar a otra persona”.
Debes asegurarte de tener un fondo de ahorro fácilmente accesible para gastos imprevistos. Los profesionales del sector financiero suelen recomendar tener una cuenta de emergencia con suficientes fondos para cubrir un mínimo de tres a seis meses de gastos de manutención.
Si trabajas, haz aportes a una cuenta de jubilación con beneficios fiscales, como un plan 401(k). Aporta lo suficiente para recibir la máxima contribución que ofrezca tu empleador; es dinero gratis. Si tienes 50 años o más y cuentas con los medios necesarios, aprovecha la posibilidad de ahorrar más dinero en contribuciones adicionales.
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