Vida Sana
Cuando recibimos la llamada en la que nos informaron que el centro para adultos mayores donde reside mi madre estaba confinando a los residentes a su habitación debido a un diagnóstico positivo de COVID-19, mi nivel de estrés se disparó por las nubes. Podía escuchar la desesperación en la voz de mi madre y sabía que yo sentiría lo mismo si alguien me dijera que iba a estar atrapada en un apartamento de dos habitaciones durante un tiempo indefinido. Además, mi madre no es experta en tecnología, no tiene teléfono celular ni computadora y no se suscribe a los servicios de transmisión para poder pasar el tiempo viendo programas.
No es de extrañar que mi primera llamada fuera a mis dos hermanas, que hablaron con calma sobre varias opciones y alternativas. Tengo la suerte de tener hermanas que se ponen de acuerdo, tanto cuando se trató de apoyar las decisiones de cuidado durante la enfermedad de Alzheimer de mi padre y finalmente su muerte, como ahora con mi madre, mientras enfrenta las dificultades de una vida continuamente limitada y complicada por la ansiedad y la depresión.
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Pero, ¿qué sucede con las tantas familias en las que los hermanos no logran ponerse de acuerdo y discuten, o que ven las cosas desde un ángulo totalmente diferente cuando se trata del cuidado de los padres? Además, para ser justos, a menos que se trate de siameses, los hermanos nunca se ocuparán por igual del cuidado de un padre mayor. Tal vez uno de los hermanos se sienta emocionalmente más cerca, otro tal vez viva más cerca y otro quizás simplemente pueda "hacer más". La preparación es la clave para enfrentar este difícil momento de la vida, pero estas situaciones con frecuencia se ven complicadas por las emociones, las relaciones, los resentimientos de la infancia y las perspectivas que responden al orden de nacimiento de los hermanos.
"No es común que una persona decida por su cuenta mudarse a un hogar de ancianos", señala Barbara Buell, una abogada de Massachusetts especializada en atención médica que se dedica a las familias y a las decisiones referentes al cuidado médico. "Lo más frecuente es que los hijos tomen las decisiones, así que es importante tener vías de comunicación abiertas y tratar de ponerse de acuerdo".
Según Buell, los factores clave que hay que considerar en torno a un ser querido mayor son los aspectos emocionales, económicos, médicos y el saber que existe un poder de atención médica.
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