Vida Sana
Con el ritmo alarmante de infecciones en hogares de ancianos en todo el país, muchas familias se preguntan si sus seres queridos no estarían mejor en casa durante la pandemia de COVID-19.
Las reglamentaciones federales permiten que un residente deje un centro en cualquier momento. Pero los expertos aconsejan que es prudente examinar el proceso detenidamente.
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Preguntas que debes hacer:
• ¿Cuáles son los beneficios y los riesgos de trasladar a tu ser querido?
• ¿Qué es lo que desea tu ser querido?
• ¿Cuáles son las necesidades de cuidado de tu ser querido?
• ¿Puedes brindarle un cuidado adecuado en el hogar (esto incluye cuidados especializados, comidas, administración de medicamentos, asistencia para ir al baño, ayuda con la higiene y motivación para que participe en actividades)?
• ¿Continúa habiendo riesgo de exposición a la COVID-19 en el hogar de ancianos?
• ¿Qué harás si se infecta una persona en tu hogar?
• Si te preocupa el aislamiento social, ¿es posible realizar visitas virtuales o visitas por la ventana con tu ser querido en el hogar de ancianos?
• Si llevas a tu ser querido a casa y luego cambias de parecer, ¿podrá ser readmitido en el centro de asistencia?
• ¿Siguen siendo válidos los motivos por los que ingresaste a tu ser querido en el centro de cuidados a largo plazo?
• ¿El hogar de ancianos dispone del personal adecuado y está manejando correctamente la crisis del coronavirus?
• ¿Los profesionales pueden prestar cuidados mejor que tú en tu hogar?
"Es una pregunta realmente difícil que no tiene una respuesta fácil", dice Susan Wehry, jefa de geriatría de la Facultad de Medicina Osteopática en University of New England. "Ni siquiera hay una sola respuesta".
Determina cuál es tu motivación
Lo primero que hace Wehry es averiguar por qué las familias quieren tomar esa decisión.
"¿Tienes miedo de que tu madre contraiga la COVID-19? ¿Temes que tu madre se muera antes de que la puedas volver a ver? ¿Te preocupa que tu esposo se sienta solo, deprimido o ansioso?", pregunta. "Porque cuando te preguntas qué es lo que verdaderamente te motiva, cuál es el problema que intentas resolver, entonces puedes ver si existe más de una solución".
Averigua tus opciones
Salli Pung, la defensora de cuidados a largo plazo del estado de Míchigan, recomienda pensar en cuestiones prácticas como la distribución del hogar, si una persona podría desplazarse en silla de ruedas o andador o si el baño es lo suficientemente grande, seguro y accesible.
Ella advierte que hay que tener en cuenta muchos detalles y algunas cosas podrían pasarse por alto, como que se agoten los medicamentos recetados o tener dificultades para volver a ingresar en un hogar de ancianos si cambias de opinión.
Patricia Hunter, la defensora de cuidados a largo plazo del estado de Washington, explica que es importante evaluar las opciones y establecer un plan de acción. Si se desea dejar un centro —a corto o largo plazo—, lo primero que hay que hacer es informar al departamento de servicios sociales o al administrador de enfermería del centro. Existen leyes estatales y federales sobre la planificación y los procesos para ser dado de alta. Los residentes y sus familiares deben hablar con el centro para averiguar las condiciones para salir y reingresar más tarde al centro, y obtener todo por escrito.
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