Vida Sana
| Los índices de vacunación contra la COVID-19 de los trabajadores de hogares de ancianos de Estados Unidos continúan rezagados, y solo 1 de cada 5 centros ha alcanzado el objetivo establecido por la industria de vacunar completamente al 75% del personal de cuidados de la salud, según un nuevo análisis de datos del Gobierno, realizado por AARP (enlace en inglés). Algunos estados tienen índices de vacunación particularmente bajos entre el personal y los residentes.
A nivel nacional, el 56.7 % de los trabajadores de hogares de ancianos están completamente vacunados. Pero en Luisiana, solo el 41% lo están, lo que constituye el índice más bajo de vacunación del personal de cualquier estado o territorio, según el análisis. En Florida, donde operan más de 700 hogares de ancianos, solo el 42% de los trabajadores están completamente vacunados.
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Aunque la proporción nacional de residentes de hogares de ancianos completamente vacunados es mucho mayor —78%—, algunos estados reportan índices mucho más bajos. En Arizona, solo el 63% de los residentes —menos de 2 de cada 3— están completamente vacunados, el índice más bajo de todos los estados. En Florida, solo el 68% de los residentes están vacunados.
Según los expertos, la baja aceptación de la vacuna entre el personal y los residentes de los hogares de ancianos hace que los residentes sean muy vulnerables a la reaparición del virus.
Durante la pandemia, más de 650,000 residentes de hogares de ancianos contrajeron COVID-19, y más de 130,000 murieron a causa del virus. Casi un tercio de las más de 600,000 muertes ocurridas por COVID-19 en Estados Unidos se han producido en hogares de ancianos, centros de vida asistida y otros centros de cuidados a largo plazo. El virus ha matado desproporcionadamente a los adultos mayores: más del 80% de las víctimas tenían 65 años o más (enlace en inglés).
El análisis de AARP, publicado el jueves, también muestra que los casos y las muertes por COVID-19 en los hogares de ancianos continúan disminuyendo a niveles históricamente bajos. Sin embargo, los índices de vacunación recientemente publicados —información que el Gobierno federal exigió en junio que los hogares de ancianos divulgaran— son una nueva causa de alarma, dice Susan Reinhard, vicepresidenta sénior y directora del Instituto de Política Pública de AARP.
“Esos índices indican que no hemos superado la amenaza que la COVID representa para los residentes de los hogares de ancianos”, afirma. “En algunos estados, la situación es sumamente grave —simplemente, no hay suficientes personas vacunadas—, particularmente con el aumento de la propagación de esta variante delta”.
Por debajo de la meta
Dos de los grupos comerciales de hogares de ancianos más grandes del país, American Health Care Association (AHCA) y LeadingAge, habían establecido el objetivo de vacunar al 75% de los trabajadores de hogares de ancianos en todos los centros del país para fines de junio. En ese momento, se estimó que ese índice de vacunación del personal proporcionaría un alto grado de inmunidad colectiva a estos hogares.
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