Vida Sana
Ningún período del que se tiene constancia ha tenido más cantidad de muertes en los hogares de ancianos en Estados Unidos —con más de 158,000 fallecimientos de residentes a causa de la COVID-19— que el invierno pasado. Aproximadamente 1 de cada 45 residentes de hogares de ancianos murió en un período de cuatro semanas entre principios de diciembre del 2020 y principios de enero del 2021; alrededor de 24,000 residentes murieron.
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Esos meses fueron “muy trágicos”, dice Lori Smetanka, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro National Consumer Voice for Quality Long-Term Care. “No podemos volver a esa situación”.
Sin embargo, los expertos advierten que una serie de nuevos riesgos para la población altamente vulnerable de los hogares de ancianos —como la transmisión comunitaria sin precedentes, las tasas más bajas de dosis de refuerzo, la escasez grave de personal, una pausa en el mandato de vacunación del presidente Joe Biden para los trabajadores de la salud e incluso el regreso de los visitantes— podría resultar en otro gran aumento de enfermedades y muertes este invierno.
Aunque los hogares de ancianos tienen herramientas mucho más eficaces para abordar el virus hoy en día que el invierno pasado, como las vacunas y las vacunas de refuerzo, mejor uso de mascarillas, nuevos tratamientos y más conocimiento de cómo se propaga la COVID-19, también hay signos de más problemas.
Los riesgos podrían “ser desastrosos”, dice Michael Wasserman, geriatra y expresidente de la California Association of Long Term Care Medicine. “Y si todos no actuamos en este momento para abordarlos, otro desastre es, lamento decir, lo que va a suceder”.
Los casos aumentan rápidamente
La propagación de la COVID-19 en los hogares de ancianos tiende a seguir la propagación en la comunidad circundante. “Puedes hacer todo lo posible para tratar de evitar que el virus entre a los hogares de ancianos, pero mientras haya más transmisión en la comunidad, más probabilidades habrá de que el virus se filtre”, dijo a AARP Justin Lessler, profesor adjunto de Epidemiología en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, a principios de la pandemia.
Consulta las tasas de vacunación de tu hogar de ancianos
Ahora puedes encontrar las tasas de vacunación, tanto de los residentes como del personal, para cualquier hogar de ancianos certificado por Medicare y compararlas con los promedios estatales y nacionales en el sitio web Care Compare de Medicare.gov.
- Encuentra el perfil de un hogar de ancianos a través de la función de búsqueda de la página principal
- Visita la sección “Details” (detalles) de su perfil
- Haz clic en el botón “View COVID-19 Vaccination Rates” (consultar las tasas de vacunación contra la COVID-19)
En las últimas semanas, los casos en la población general del país han aumentado en gran medida, debido principalmente a la variante ómicron, que es altamente transmisible. El país tiene un promedio de más de 700,000 nuevas infecciones al día (enlace en inglés), casi el triple del pico promedio diario del invierno pasado. Pero las muertes han aumentado solo un poco, lo que sugiere que ómicron puede causar una enfermedad menos grave que otras formas del virus.
Los médicos dicen que la gran mayoría de los pacientes hospitalizados con ómicron en las unidades de cuidados intensivos no están vacunados o tienen un sistema inmunitario gravemente comprometido. Si bien el 87% de los residentes de hogares de ancianos están vacunados, la mayoría están inmunocomprometidos, con enfermedades crónicas.
Los hogares de ancianos permanecieron relativamente ilesos durante las primeras semanas de propagación de ómicron. Pero datos recientes (enlace en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que eso está cambiando con rapidez, ya que los casos semanales entre los residentes han aumentado más de siete veces entre las semanas que terminaron el 19 de diciembre y el 9 de enero, de 4,300 al 32,000 a nivel nacional. La tasa de infección semanal más reciente es solo un poco menor a la peor tasa de infección registrada, según los informes del invierno pasado.
Las infecciones entre el personal de los hogares de ancianos son aún peores, y han aumentado casi diez veces —de 6,000 casos a 57,000 a nivel nacional— durante el mismo período. La tasa más reciente de infección semanal entre el personal es aproximadamente el doble que la peor tasa registrada el invierno pasado, y el número semanal más reciente de muertes entre el personal, 67, es el segundo más alto registrado en la pandemia. Eso podría predecir lo que les espera a los residentes, dice David Grabowski, profesor de Política de Salud de Harvard, un investigador principal sobre la COVID-19 en los hogares de ancianos.
“Los casos de COVID-19 entre el personal podrían ser una señal de advertencia”, tuiteó (enlace en inglés) recientemente, y agregó la semana pasada (enlace en inglés) que los casos en los hogares de ancianos continuarán “aumentando drásticamente en las próximas semanas”.
Por ahora, las muertes de los residentes solo han aumentado un poco, según los datos de los CDC. Si eso cambia “depende de qué tan bien la vacunación completa y las vacunas de refuerzo protegen a los residentes de los hogares de ancianos de la variante ómicron”, escribe Grabowski. “Obtener las vacunas de refuerzo para todo residente de hogares de ancianos debe ser una prioridad nacional”.
Las tasas de refuerzo han disminuido
Cuando las vacunas contra la COVID-19 se pusieron a disposición del público en Estados Unidos en diciembre del 2020, los residentes de los hogares de ancianos fueron algunos de los primeros en recibir las inyecciones. Una campaña federal de vacunación, que envió escuadrones de CVS y Walgreens a la mayoría de los hogares de ancianos del país, había vacunado a la mayoría de los residentes a finales de marzo.
Pero los estudios (enlace en inglés) del verano pasado mostraron que la vacunación se vuelve menos eficaz con el tiempo, especialmente en las personas de 65 años o más. Los CDC pronto comenzaron a recomendar las vacunas de refuerzo para los residentes de los hogares de ancianos. Sin embargo, esta vez no habría ninguna campaña federal para administrar los refuerzos, lo que haría que los estados o las instalaciones fueran responsables.
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