Vida Sana
Cuando Jim French y su hermana buscaban una comunidad de vida asistida para su madre, que era sorda desde su infancia, pensaron en un centro dedicado exclusivamente a personas sordas. El problema era que estaba en Ohio, lejos de la familia y los amigos de su madre en la zona de Washington D.C. En cambio, eligieron un lugar cerca de la antigua casa de su madre, en Maryland.
El centro estaba dispuesto a recibirla, señala French. El personal instaló luces que parpadean cuando alguien toca el timbre. Empezaron a dar clases mensuales de lenguaje de señas a los otros residentes. Prometieron facilitar intérpretes de lenguaje de señas para las reuniones importantes y las citas médicas, pero French dice que no siempre cumplieron.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Sin embargo, dice que su madre, de 79 años, que presentaba signos de deterioro cognitivo y mala alimentación antes de mudarse, ha mejorado: almuerza con amigos, sale con otro residente y se siente a gusto con el personal. “Se siente escuchada”, dice. “Se siente respetada”.
No todos tienen la misma suerte cuando buscan cuidados a largo plazo para sus seres queridos mayores y discapacitados.
Si bien las leyes federales y estatales, incluida la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, disponen que las agencias y los centros no pueden discriminar a las personas discapacitadas —con problemas de audición, vista, comunicación y movilidad, así como discapacidades intelectuales y del desarrollo—, encontrar un lugar adecuado puede ser una tarea difícil, dice Priscilla Rogers, asesora especial sobre Envejecimiento y Pérdida de la Vista en la American Foundation for the Blind.
Según Rogers y otros defensores de derechos, existen factores que abarcan desde la insuficiente capacitación del personal hasta la escasez de fondos y la falta de información de las personas que reciben asistencia, sus familias y los profesionales de prestación de cuidados, que pueden perjudicar la calidad de la atención que se brinda.
Lo que debes saber
“Las personas no se dan cuenta de que carecen de información”, dice Rogers. Por ejemplo, dice, muchas personas que tienen problemas de la vista no saben que podrían mantener su independencia durante más tiempo con la ayuda de un especialista en rehabilitación visual. Estos especialistas pueden enseñar a los pacientes a cocinar, a administrar la medicación y a desenvolverse sin riesgos en su entorno. Los servicios son gratuitos para muchos adultos mayores, dice. Para obtener información, sugiere ponerse en contacto con la American Printing House for the Blind (connectcenter@aph.org o 1-800-232-5463).