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¿Curar el cáncer con la inmunoterapia?

Lo que debes saber sobre los tratamientos “milagrosos” que viste en las noticias.


spinner image Mujer recostada de un árbol
Entérate de las ventajas y desventajas de la inmunoterapia para el tratamiento del cáncer.
THE WASHINGTON POST/GETTY IMAGES

In English

spinner image Ilustración de la inmunoterapia
GETTY IMAGES

En los últimos años, Judy Perkins ha vivido su vida según la lista de cosas que quiere lograr antes de morir. Navegó en balsa por el Gran Cañón y realizó caminatas en Nepal y la Patagonia. Viajó por todo Florida con un kayak marino.

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Perkins, de 52 años, hizo todo esto porque creía que iba a fallecer en cuestión de meses debido a un cáncer de seno con metástasis. En el 2003, recibió un diagnóstico y tratamiento para cáncer de seno en su fase inicial —carcinoma ductal localizado—. 

Decidió someterse a un tratamiento radical: una mastectomía en la cual los cirujanos le extirparon completamente el seno izquierdo. Supuso que se había curado. Una década después, sintió un bulto en ese mismo lado, donde antes había estado el seno. El cáncer volvió a aparecer, pero esta vez se había propagado por toda la pared torácica. Perkins padecía cáncer de seno con metástasis; su oncólogo pronosticó que le quedaban tres años de vida.

Durante los siguientes dos años, Perkins buscó ensayos clínicos en los cuales participar y probó todos los tratamientos imaginables. Tuvo algo de éxito con un medicamento, pero tuvo que dejar de tomarlo después de que su cifra de plaquetas se volvió peligrosamente baja. En el 2015, cuando creía que se le habían terminado las opciones, se enteró sobre un ensayo clínico en los Institutos Nacionales de la Salud que usaba un nuevo tipo de tratamiento para el cáncer conocido como inmunoterapia.

Fue a Bethesda, Maryland, para someterse al tratamiento. Esa fue una experiencia agotadora que incluyó (además de cinco días de quimioterapia de dosis alta) que los médicos le extrajeran sus propias células inmunitarias, las manipularan en un laboratorio y se las volvieran a inyectar en el cuerpo. Tuvo fiebre alta, escalofríos y episodios de diarrea. Pero en cuestión de una semana, se dio cuenta de que el tratamiento estaba funcionando. “El tumor me había estado presionando un nervio que hacía que el dolor se me regara por todo el pecho y la espalda”, dice. “El dolor desapareció tan rápido que 10 días después del tratamiento, pude dejar de tomar por completo mis analgésicos”.

Más de dos años después, Perkins no tiene cáncer y los médicos le han dicho que no esperan que esta enfermedad vuelva a aparecer. “Es tan raro, porque hace tres años estaba planeando la lista de cosas que iba a hacer antes de morir y pensando en todos los libros que iba a leer antes de fallecer”, dice. “Ahora tengo una nueva oportunidad en la vida. Es probable que viva 20 o 30 años más. Renuncié a mi empleo como ingeniera cuando recibí el diagnóstico de cáncer con metástasis. Ahora tengo que pensar en lo que quiero hacer. ¿Regresar a la escuela de enfermería? ¿Hacer voluntariado?”.

La inmunoterapia —un tratamiento que usa ciertas partes del sistema inmunitario de una persona para combatir enfermedades como el cáncer— no es un concepto nuevo. “La idea de que podríamos usar los mecanismos naturales de defensa del organismo para atacar las células cancerosas ha existido hace tiempo, desde la década de 1960”, dice el Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Americana Contra el Cáncer. Pero increíblemente, ha demorado medio siglo hacerla realidad.

Este enfoque revolucionario se ha convertido rápidamente en el tratamiento de referencia para muchos tipos de cáncer que son difíciles de tratar, como cáncer de pulmón, melanoma y cáncer de riñón, dice el Dr. Sumanta Pal, profesor adjunto en el Departamento de Oncología Clínica en City of Hope Comprehensive Cancer Center.

Pero si bien para algunos la inmunoterapia puede ser un tratamiento milagroso, no es una panacea para todos, advierte Pal. Un análisis preliminar descubrió que menos del 10% de los pacientes con cáncer pueden beneficiarse de este tratamiento. En casos poco frecuentes, hasta se ha vinculado a perjuicios. “Ahora hay una avalancha para probar la inmunoterapia en casos de cáncer en fase terminal, pero no funciona para todos los pacientes ni para todos los tipos de cáncer”, dice Pal. “Por eso es importante que los pacientes entiendan las ventajas y desventajas, y que sostengan una conversación detallada con su oncólogo”.

El siguiente es un resumen de los tipos de inmunoterapia que están disponibles en la actualidad y los que están proyectados para el futuro.

En este momento, existen dos tipos principales de inmunoterapia aprobados para tratar ciertos tipos de cáncer: los medicamentos conocidos como inhibidores del punto de control y el tratamiento con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (linfocitos T-CAR), usado con menos frecuencia. Encontrarás más detalles a continuación, comenzando con los medicamentos.

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1. Inhibidores del punto de control

Este grupo de medicamentos aprobados por la FDA se usa ahora para tratar muchos tipos de cáncer, entre ellos melanoma, cáncer de pulmón y cáncer de riñón. Un medicamento, el pembrolizumab, figuró en las noticias a principios de este año cuando un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine reveló que cuando se combinaba con quimioterapia, aumentaba considerablemente las probabilidades de sobrevivir al cáncer de pulmón.

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Nombres de las marcas:

  • Keytruda (pembrolizumab)
  • Opdivo (nivolumab)
  • Tecentriq (atezolizumab)
  • Bavencio (avelumab)
  • Imfinzi (durvalumab)
  • Yervoy (ipilimumab)

Cómo funcionan:

Una parte importante de nuestro sistema inmunitario es poder distinguir entre las células normales y las que pueden ser cancerosas. De esa manera, el sistema puede atacar a las células “foráneas” al tiempo que no les hace nada a las sanas. Pero algunas células cancerosas son lo suficientemente inteligentes para descubrir cómo eludir por completo a nuestros sistemas inmunitarios, explica el Dr. Vamsidhar Velcheti, subdirector del Center for Immuno-Oncology Research en Cleveland Clinic Cancer Center. Lo que hacen los inhibidores del punto de control es fomentar la capacidad del sistema inmunitario para luchar contra las células cancerosas al tiempo que inhiben la capacidad de estas últimas para lograr que nuestras células funcionen en contra nuestra. Para hacerlo, actúan sobre los “puntos de control” del sistema inmunitario —las moléculas en ciertas células inmunitarias que necesitan ser activadas (o desactivadas) para iniciar una respuesta inmunitaria—. 

Para qué tipos de cáncer se usan:

Estos medicamentos fueron aprobados por la FDA para tratar una variedad de tipos de cáncer, entre ellos melanoma, cáncer de pulmón, cáncer de riñón, cáncer de vejiga, cáncer de cabeza y cuello, y linfoma de Hodgkin. Pero como advierte Velcheti, solo funcionan en aproximadamente un tercio de los pacientes, y no hay una buena manera de predecir quién reaccionará favorablemente a estos medicamentos y quién no lo hará.

Riesgos:

Los hallazgos de investigaciones sugieren que si estos medicamentos se administran en circunstancias inadecuadas, pueden ser mortíferos. Hace poco, 20 pacientes con un cáncer de la sangre poco común, conocido como leucemia/linfoma de linfocitos T en adultos, participaban en un ensayo clínico para ver si reaccionarían de manera favorable al nivolumab. Pero los investigadores tuvieron que detener el ensayo después de que tres pacientes que recibieron una dosis del medicamento se empeoraron con rapidez en vez de permanecer en las mismas condiciones o mejorarse. “El medicamento mismo estimula los linfocitos T, y podría haber estimulado algunos de los linfocitos T cancerosos al igual que los sanos”, explica el Dr. Patrick Hwu, jefe de la División de Medicina Oncológica en MD Anderson Cancer Center en Texas. Si bien no es probable que suceda con otros tipos de cáncer, Hwu advierte que incluso las personas que toman estos medicamentos y tienen una reacción favorable a ellos padecen efectos secundarios que pueden ser graves. “Pueden hacer que tu sistema inmunitario trabaje a toda marcha y ataque los órganos sanos en tu cuerpo, causando síntomas como colitis”, dice Hwu.

2. Tratamiento con linfocitos T-CAR

Este tratamiento, que se usa con mucha menos frecuencia que los inhibidores del punto de control y en la actualidad solo se utiliza para ciertos tipos de cáncer de la sangre, sigue los mismos principios básicos que esos medicamentos —fortalece el sistema inmunitario para que identifique y luche contra las células cancerosas—.  Se concentra en los linfocitos T (un tipo de glóbulo blanco protector), que se obtienen por medio de una muestra de sangre, se modifican en el laboratorio para combatir mejor el cáncer y luego se devuelven al organismo del paciente.

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Nombres de las marcas:

  • Kymriah (tisagenlecleucel)
  • Yescarta (axicabtagén ciloleucel) 

Cómo funcionan:

En este tipo de tratamiento (linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno), a las células inmunitarias extraídas de un paciente con cáncer se les inyecta un receptor sintético (CAR) a fin de que estén en mejores condiciones para detectar y combatir contra las células cancerosas, explica Lichtenfeld. Todo el proceso puede demorar varias semanas. En la actualidad, existen tres tratamientos con linfocitos T-CAR aprobados por la FDA, aunque hay ensayos clínicos que están probando su uso para otros tipos de cáncer de la sangre.

Para qué tipos de cáncer se usan:

Los tratamientos con linfocitos T-CAR solo se han aprobado para la leucemia linfocítica aguda y el linfoma de linfocitos B grandes recurrente o en fase terminal, dice Lichtenfeld. Los investigadores ahora también los estudian para otros tipos de cáncer de la sangre, como mieloma múltiple y un tipo de linfoma conocido como linfoma de células del manto, así como para cáncer de seno y tumores cerebrales.

Riesgos:

Este tratamiento tiene efectos secundarios, algunos de los cuales pueden ser mortales, como fiebre muy alta y presión arterial peligrosamente baja, además de cambios en el cerebro que pueden causar confusión, convulsiones o fuertes dolores de cabeza.

El tratamiento que llevó a Judy Perkins a recuperarse de manera tan impresionante de un cáncer de seno en fase terminal es uno de varios tratamientos de inmunoterapia que están en desarrollo. A continuación encontrarás algunos de los tratamientos más prometedores que en la actualidad se están probando en ensayos clínicos. Si todo sale bien, los investigadores esperan que algunos de estos tratamientos obtengan aprobación de la FDA —y estén disponibles para el público en general— en entre dos y cinco años.

1. Tratamiento con linfocitos infiltrantes tumorales

El tratamiento con linfocitos infiltrantes de tumores, un tratamiento experimental al que se sometió Perkins, implica extraer células del sistema inmunitario que se encuentran en lo profundo de los tumores, multiplicarlas en el laboratorio agregándoles un compuesto llamado interleucina 2 y luego inyectárselas de nuevo al paciente. “La idea es que estas células inmunitarias intentan funcionar, pero no lo están haciendo suficientemente bien. Por eso las multiplicamos hasta tener suficientes para que puedan hacer lo que necesitan”, explica Hwu. Los investigadores han tenido algunos buenos resultados usando el tratamiento con linfocitos infiltrantes tumorales para otros tipos de cáncer, como cáncer de hígado y cáncer colorrectal, pero advierten que el índice de éxito todavía es muy bajo —solo un 15%—.

2. Vacunas

Se están estudiando una gran cantidad de vacunas para combatir el cáncer, según Hwu. Estas incluyen desde vacunas de células tumorales (producidas con células cancerosas extirpadas durante cirugías) y vacunas de antígenos (que usan solo un trocito de proteína en vez de toda la célula tumoral) hasta vacunas de células dendríticas (que implican sacar del cuerpo células inmunitarias especiales que ayudan al sistema inmunitario a reconocer a las células cancerosas y luego ayudarlas a que se multipliquen). Unos ensayos clínicos estudian estos tipos de vacunas para combatir muchos tipos de cáncer, entre ellos de cuello uterino, de colon, de riñón, de pulmón y pancreático.

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