Vida Sana
| Si bien el cáncer de páncreas es tratable cuando se detecta temprano, las señales a menudo son sutiles y por lo general la enfermedad no se descubre hasta que está en etapas más graves y avanzadas. Pero hay ciertas señales que puedes vigilar.
El páncreas cumple dos funciones principales en el organismo: genera jugos que ayudan a digerir los alimentos y produce hormonas, como la insulina y el glucagón, que ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Los jugos gástricos se generan en las células exocrinas del páncreas, que es donde comienza el 95% de los casos de cáncer de este órgano. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS), la enfermedad representa aproximadamente el 3% de todos los cánceres y alrededor del 7% de todas las muertes por cáncer, y el riesgo aumenta con la edad. Datos publicados por la ACS indican que alrededor de dos tercios de los pacientes tienen al menos 65 años y la edad promedio al momento del diagnóstico es de 71 años.
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Por otra parte, los datos del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) indican que solo el 8.2% de los pacientes de cáncer de páncreas sobreviven cinco años. El páncreas está situado a considerable profundidad dentro del cuerpo y los exámenes médicos estándar no pueden detectar los tumores en las etapas tempranas de formación. Por lo general no hay síntomas hasta que el cáncer se ha expandido a otros órganos. Aun así, el Instituto Nacional del Cáncer aconseja consultar al médico si se presenta alguno de los siguientes síntomas:
Ictericia: esta coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos se genera por la acumulación de bilirrubina, una sustancia de color marrón-amarillento oscuro que produce el hígado. De acuerdo con la ACS, los cánceres que comienzan en la cabeza del páncreas están cerca del conducto colédoco, o conducto biliar común. Este tipo de cáncer puede ejercer presión sobre el conducto y generar ictericia, lo que podría ayudar a descubrir un tumor en su etapa inicial. Pero los cánceres que comienzan en el cuerpo o la cola del páncreas no presionan directamente sobre el conducto hasta que ya se han expandido a través del páncreas y posiblemente más allá del órgano. La orina oscura puede ser otro síntoma de ictericia, y la acumulación de bilirrubina también puede causar picazón en la piel.
Heces de color claro o grasosas: la bilirrubina ayuda a dar el color marrón a las heces, por lo que cuando el conducto biliar está bloqueado las heces pueden tener un aspecto grisáceo o pálido. El cáncer de páncreas también puede dificultar la tarea de descomposición de las grasas que realiza el intestino, lo que podría hacer que las heces se vean grasosas y floten en el inodoro.
Dolor abdominal: es común sentir dolor abdominal o dolor de espalda con el cáncer de páncreas. "Los cánceres que comienzan en el cuerpo o la cola del páncreas pueden llegar a ser de gran tamaño y comienzan a presionar los órganos cercanos, causando dolor", dice la ACS. "El cáncer también se puede expandir a los nervios que rodean el páncreas, lo que a menudo causa dolor de espalda. Por supuesto, el dolor abdominal y el dolor de espalda son muy comunes y por lo general se deben a otras causas, no a un cáncer de páncreas".
Pérdida del apetito y pérdida de peso: la pérdida de peso no intencional y la pérdida del apetito pueden ser advertencias del cáncer de páncreas.
Náuseas y vómitos: el cáncer puede presionar sobre la parte extrema más alejada del estómago y bloquearlo parcialmente, dificultando así el paso de los alimentos. Esto puede causar náuseas, vómitos y dolores después de comer.
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