Vida Sana
Es común que los adultos con la enfermedad de Alzheimer tengan síntomas de la enfermedad mucho antes de recibir un diagnóstico oficial. Y durante esos años, las finanzas personales de una persona pueden tener un gran impacto, según un nuevo estudio.
Las dificultades para manejar el dinero son una de las primeras señales de la enfermedad de Alzheimer, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA). Las personas con demencia también son vulnerables a la explotación y el fraude. Un estudio publicado en la revista Health Economics (en inglés) ha descubierto que los hogares con alguien en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer tienen un mayor riesgo de grandes pérdidas financieras, tanto en activos líquidos como en riqueza neta.
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El momento de estas pérdidas es especialmente preocupante, ya que el diagnóstico de Alzheimer suele ir seguido de “un largo período de costos de prestación de cuidados, que son bastante considerables”, dice Carole Roan Gresenz, autora principal del estudio y profesora en el Departamento de Administración de Sistemas de Salud de la Universidad de Georgetown. Según un informe de la Alzheimer's Association, el costo total estimado de la atención médica y a largo plazo para una persona con Alzheimer es de $424,000.
Gresenz dice que los hallazgos del estudio son un llamado a la acción para que los familiares se comuniquen con sus seres queridos mayores, incluso si no han visto ningún signo de Alzheimer y demencia en ellos. La enfermedad es más común en adultos de 65 años o más.
“Siempre es bueno asegurarse de que haya una red de seguridad, de que los gastos son como lo han sido en el pasado y que las facturas se paguen a tiempo”, dice Gresenz.
La NIA ha identificado algunas de las señales de problemas monetarios en los adultos que pueden tener Alzheimer. Incluyen facturas sin pagar y sin abrir, muchas compras nuevas que se cobran a una tarjeta de crédito, dinero perdido de la cuenta bancaria de la persona y artículos nuevos extraños que aparecen en casa.
Además de amigos y familiares, Gresenz dice que las instituciones financieras también pueden desempeñar un papel más importante en la protección de las personas en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer contra los malos resultados financieros. La próxima fase de su investigación emparejará los datos crediticios con los datos de Medicare para entender mejor “los tipos de decisiones y cambios financieros” que se deben a las pérdidas de dinero.
“Así que si, por ejemplo, descubrimos que las personas con la enfermedad de Alzheimer en etapa temprana son muy susceptibles a recibir préstamos a una tasa de interés alta, podrías imaginar una respuesta que dirija la atención a ese área financiera específica”, dice Gresenz.
Aunque no existe una cura para la enfermedad, Gresenz dice que hay valor en un diagnóstico temprano, especialmente cuando se trata de proteger las finanzas personales. Ella dice que podría “alertar a las personas sobre el hecho de que corren riesgo de tener resultados financieros deficientes” para que puedan “involucrar a la red de seguridad de las personas a su alrededor para que ayuden con la supervisión financiera”.
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