Vida Sana
| Para los más de 2,600 pasajeros en cuarentena a bordo del barco crucero Diamond Princess, el tan anticipado itinerario en Japón se convirtió en una prueba de resistencia luego de la propagación del nuevo coronavirus, conocido como COVID-19. Confinados mayormente en sus camarotes desde el 5 de febrero hasta el pasado miércoles, muchos de los pasajeros dependieron de los medios sociales para mantener a sus familias y seres queridos informados, y continuaron publicando actualizaciones a medida que regresaban a sus hogares esta semana.
Para David Abel, un oficiante de bodas quien se describe a sí mismo como un trotamundos, su hogar está en Inglaterra, pero todavía no se dirige allí. Abel dio positivo al virus recientemente, por lo que él y su esposa Sally (también positiva al virus), fueron trasladados a un hospital japonés junto con otras personas para seguimiento y tratamiento.
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Abel ha publicado actualizaciones periódicas de texto y video sobre su experiencia desde su aislamiento en el barco y el hospital, y ha recibido miles de "Me gusta" y comentarios de apoyo.
*Publicaciones de redes sociales en inglés.
Hasta el martes, más de 100 ciudadanos estadounidenses aún estaban a bordo del Diamond Princess o en hospitales de Japón, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
"Luego de desembarcar del Diamond Princess, estos pasajeros y la tripulación deberán esperar 14 días sin tener síntomas o un resultado positivo de la prueba de coronavirus antes de que se les permita abordar vuelos de regreso a Estados Unidos", dijo la agencia en un comunicado.
Al bajar del barco, los pasajeros enfrentan una segunda cuarentena
Más de 300 estadounidenses asintomáticos ya han regresado a Estados Unidos. Luego de desembarcar el 16 de febrero, regresaron al país en aviones de carga especialmente preparados para el viaje.
Esos pasajeros están ahora en medio de otra cuarentena de dos semanas en la base Travis de la Fuerza Aérea, cerca de Fairfield, California, o en la base Conjunta de San Antonio-Lackland, en Texas.
Mark Jorgensen, de St. George, Utah, se encuentra entre los pasajeros en cuarentena en las instalaciones de Fairfield desde que desembarcó del Diamond Princess, donde él y su esposa, Jerri, esperaron el fin del aislamiento con muy buen ánimo.
La pareja incluso celebró el Día de San Valentín en el barco con una cena especial de camarones y postre de chocolate en forma de corazón que la línea de cruceros proporcionó.
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