4 cosas que debes saber sobre la terapia con ketamina

Lo que fue especialmente emocionante en la investigación, dice el Dr. Michael F. Grunebaum, profesor adjunto de Psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, fue que la ketamina pareció funcionar más rápido que los antidepresivos estándar, que pueden tomar semanas para trabajar. Los efectos de la ketamina se pueden ver en unas pocas horas, dice Grunebaum, aunque, agrega, todavía no tenemos buenos datos sobre su uso a largo plazo.

Otra razón por el aumento del interés por la ketamina: a veces, los tratamientos que tenemos para varias enfermedades no funcionan para todos, dice el Dr. Pavan Tankha, director médico del Programa Integral de Recuperación del Dolor, anestesiólogo de Cleveland Clinic y director médico del Programa Integral de Recuperación del Dolor, que ofrece infusiones de ketamina de dosis bajas para tratar a algunos pacientes con dolor crónico. Ahí es donde entra en juego la ketamina: es una opción cuando los pacientes “han agotado otros tratamientos convencionales”, dice Tankha. 

Además de la depresión y el dolor crónico, la ketamina se está estudiando como un nuevo tratamiento para el trastorno por estrés postraumático, los trastornos alimentarios, el trastorno por consumo de alcohol y más.

“Con todos los medicamentos, si han estado disponibles por suficiente tiempo, la gente se pregunta, ¿qué más puede hacer el fármaco? Y por eso, la ketamina ha encontrado otras indicaciones además de la anestesia y la depresión resistente al tratamiento”, dice Tankha. 

Aun así, es importante señalar que la FDA no ha aprobado la ketamina como tratamiento para estas enfermedades, y podría seguir siendo así, dado que el medicamento es genérico y cuesta mucho dinero financiar los ensayos grandes necesarios para la aprobación federal.  

2. No debes tomar ketamina sin supervisión médica

Cuando un paciente es examinado a fondo y un profesional de la salud capacitado le administra ketamina, Tankha dice que "no solo es seguro, sino que puede ser eficaz para lo que lo estamos usando". (Perry, el actor de Friends, supuestamente estaba recibiendo terapia con ketamina, según Prensa Asociada, aunque los altos niveles de ketamina en su sangre en el momento de su muerte no se pudieron atribuir a su sesión de tratamiento más reciente, una semana y media antes. Una acusación formal revelada el 15 de agosto del 2024 alega que cuando el médico habitual de Perry se negó a darle más ketamina, este recurrió a otro médico en Los Ángeles a quien pagó $55,000 por grandes cantidades de la droga en los dos meses antes de su muerte, informó Prensa Asociada).

Eso no quiere decir que no haya efectos secundarios con el medicamento, y estos efectos son una de las razones por las que los expertos en salud dicen que las personas deben estar bajo el cuidado de un proveedor de atención médica durante el tratamiento. Algunas personas pueden experimentar náuseas, vómitos, agitación, alucinaciones y una disociación con la realidad. “La experiencia puede ser un poco inusual”, dice Tankha; algunas incluso la han descrito como “desconcertante” o que produce ansiedad.

Tankha indica que estos efectos secundarios dependen de la dosis, lo que significa que es más probable que experimentes síntomas en dosis más altas. Los adultos mayores pueden ser más vulnerables a los efectos secundarios, dice, ya que “con el tiempo, a medida que nuestro [metabolismo se ralentiza], es más probable que ocurran los efectos secundarios de los medicamentos”.

La ketamina también puede exacerbar las enfermedades subyacentes del corazón y la presión arterial, dice Grunebaum, “y por eso es necesario contar con un control médico y supervisión adecuados para la seguridad”. Incluso el aerosol nasal de esketamina aprobado por la FDA requiere que los pacientes usen el medicamento en un consultorio médico o clínica, bajo la supervisión de un proveedor de atención médica. 

Es más, con la ketamina, una sustancia controlada, existe la posibilidad de adicción, dice Tankha, “y por eso se debe hacer un seguimiento estricto”.

En octubre, la FDA emitió una advertencia (en inglés) sobre el uso de productos de ketamina en el hogar y sin supervisión médica. La agencia dijo que “entiende que la capacidad de obtener estos productos a través de plataformas de telemedicina y mezcladores para uso en el hogar puede ser atractiva para algunos pacientes. Sin embargo, la falta de monitoreo de eventos adversos —como la sedación y la disociación— por parte de un proveedor de atención médica en el lugar puede poner en riesgo a los pacientes”.

La FDA dijo que recibió un informe de un evento adverso de una persona que experimentó depresión respiratoria —respirar demasiado despacio o de manera poco profunda— después de tomar una forma oral de ketamina fuera de un entorno de atención médica para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático. “El nivel de ketamina en la sangre del paciente parecía ser el doble del nivel de sangre que normalmente se obtiene para la anestesia”, dijo la agencia.

Según la Agencia para el Control de Medicamentos de EE.UU., una sobredosis de ketamina puede causar pérdida del conocimiento y una respiración peligrosamente lenta, lo que puede llevar a insuficiencia respiratoria o un ataque cardíaco.  

3. No es un tratamiento de primera opción

Si estás interesado en aprender más sobre la terapia con ketamina, evita los vendedores de pedidos por correo y comienza hablando con tu médico de atención primaria, dice Tankha. Si tu médico no está familiarizado con la ketamina, pídele una derivación a un proveedor que lo esté —y luego, considera obtener una segunda opinión—. “Cuando hablamos de usos no indicados en la etiqueta, quieres ser un consumidor informado y obtener tanta información como sea posible”, dice.

Grunebaum predice que la terapia con ketamina, que para algunos puede salvar vidas, se continuará usando, especialmente para las personas con depresión resistente al tratamiento. Las investigaciones sugieren que alrededor del 30% de las personas con depresión no responden a los tratamientos tradicionales. “Pero no esperaría que se convirtiera en un tratamiento generalizado y de primera línea para alguien en las etapas iniciales de su enfermedad”, dice. 

“Tenemos formas sólidas basadas en la evidencia de tratar la depresión y la ansiedad que deben considerarse antes de la ketamina”, dice Das. “Y, lamentablemente, esas opciones están subutilizadas o no se utilizan del todo”. Los estudios demuestran que aproximadamente la mitad de las personas con una enfermedad mental no reciben tratamiento para ella. La ketamina, dice Grunebaum, es un último recurso, “cuando muchas otras cosas no han funcionado”.

4. Es similar al PCP

La ketamina está estrechamente relacionada con la fenciclidina (PCP), un poderoso anestésico disociativo que también fue mal utilizado a finales de los años 70. Tan solo en el condado de Los Ángeles se registraron 192 sobredosis relacionadas con PCP entre 1976 y 1978, un período de tiempo en el que el abuso de PCP alcanzó su punto máximo. Popularmente conocido entonces como "polvo de ángel", se inhalaba en forma de polvo o, como líquido, se empapaba en cigarrillos o en marihuana y luego se fumaba. El PCP ya no se usa médicamente como anestésico debido a graves efectos adversos. La ketamina tiene una décima parte de la potencia del PCP, pero ambas drogas distorsionan la percepción de la vista y el sonido y producen sensaciones de desapego (o disociación) del entorno y de uno mismo.