Vida Sana
¿Qué sigue? Vacunas contra la gripe y la COVID
Los expertos nos dicen que es seguro —y posiblemente ahorraría tiempo— recibir cualquier vacuna de refuerzo contra la COVID al mismo tiempo que la vacuna contra la gripe. Además, las compañías farmacéuticas están trabajando actualmente en vacunas combinadas diseñadas para combatir la gripe y la COVID, dos virus muy diferentes, en una sola dosis. Novavax, fabricante de vacunas, ha combinado su vacuna contra la gripe, NanoFlu —que todavía está en fase de prueba— con la vacuna contra la COVID-19. La vacuna produjo anticuerpos contra ambos virus. Moderna también está desarrollando una vacuna dirigida tanto a la gripe como a la COVID-19, con planes de desarrollar una vacuna respiratoria de tres funciones que combine la protección contra la gripe estacional, la COVID-19 y el VRS con una sola inyección. Y Sanofi y Translate Bio comenzaron un ensayo de una vacuna ARNm contra la gripe que ataca a una cepa particularmente desagradable del virus —H3N2— asociada con una enfermedad más grave, especialmente entre las personas que se consideran en riesgo, como los adultos mayores y los niños pequeños.
| Cada año, un tercio de los adultos de 65 años o más no reciben la vacuna contra la gripe. Según el Dr. Gregory Poland, experto en enfermedades infecciosas y director del Mayo Clinic Vaccination Research Group, es una estadística preocupante: “Si alguien me preguntara lo que podría hacer para tener más posibilidades de morir antes de Navidad, le diría que no usara el cinturón de seguridad, que no se pusiera la vacuna antigripal y que ignorara las recomendaciones para prevenir la COVID-19”.
De hecho, recibir la vacuna anual contra la gripe es fundamental. “La necesitamos todos los años porque las cepas [del virus] son distintas cada año”, señala la Dra. Kristin Christensen, especialista en medicina interna afiliada a Penn Medicine, en Filadelfia. Los investigadores intentan predecir cuáles serán las cepas más prevalentes en cierta temporada de gripe y actualizan la vacuna en conformidad. Este año, todas las vacunas disponibles nos protegerán contra cuatro cepas de gripe.
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La vacunación es especialmente importante para los adultos mayores, cuyo sistema inmunitario se debilita naturalmente con la edad. Esto aumenta su riesgo de sufrir complicaciones graves de la gripe (en particular neumonía) que pueden poner en peligro su vida. Según los CDC, en años recientes cerca del 70 al 85% de las muertes vinculadas a la gripe estacional ocurrieron en personas de 65 años o más, y el 50 al 70% de las hospitalizaciones ocurrieron entre quienes pertenecen a ese grupo de edad.
Es más, indica Poland, “Un adulto mayor hospitalizado por gripe tiene un riesgo cerca de doce veces mayor de sufrir un ataque cardíaco y cerca de seis veces mayor de sufrir un derrame cerebral” debido a que la gripe aumenta el riesgo de padecer estos problemas cardiovasculares.
La temporada de gripe 2017-2018 fue especialmente severa y ocasionó 810,000 hospitalizaciones y 61,000 muertes en Estados Unidos. En la misma temporada, el 67% de las personas hospitalizadas tenían 65 años o más, quienes también representaron el 83% de las muertes.
La última temporada de gripe, por supuesto, fue diferente. Las tasas de gripe durante la temporada 2020-2021 fueron significativamente más bajas de lo habitual. Por un lado, las precauciones relacionadas con la COVID-19 —como las mascarillas y el distanciamiento social, trabajar desde casa y reducir los viajes internacionales— significaron menos oportunidades para que la gripe se propagara.
Ahora que las personas están regresando a una vida más “normal” —dejando de usar mascarillas, regresando a oficinas y escuelas, reuniéndose en eventos deportivos, viajando en aviones—, los expertos en atención médica advierten que el virus podría volver a los niveles anteriores a la pandemia.
Los niveles más bajos de inmunidad de la casi inexistente temporada de gripe del año pasado también podrían perjudicarnos. “Como no hubo gripe el año pasado, no tenemos ninguna de esa inmunidad natural adquirida en nuestra población este año. Así que eso solo significa que hay muchas más personas susceptibles, lo que podría aumentar la transmisión si y cuando la temporada realmente empeore”, dice Lauren Ancel Meyers, epidemióloga de University of Texas en Austin y directora del UT COVID-19 Modeling Consortium.
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