Vida Sana
Mi trabajo depende de que la gente no haga lo correcto. Trabajo en residuos sólidos para el Detroit Department of Public Works, y lo he hecho durante 31 años. Hay mucha basura y yo recojo lo que la gente desecha ilegalmente.
Debido a la COVID-19, mucha gente se ha quedado sin trabajo. Muchos de mis colegas ahora mismo están enfermos y no vienen a trabajar. Nos hacen pruebas, y quienes tienen resultados positivos en su prueba no pueden regresar hasta que el resultado sea negativo. El esposo de una de las gerentas falleció debido a la COVID-19. Así que estoy haciendo su labor. Trabajo temporalmente como capataz y entrego los documentos con las listas de los lugares donde debemos limpiar. Todas las mañanas, entrego mascarillas y guantes.
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Para recoger toneladas de desechos y llevárnoslos, trabajamos con cargadores de troncos, cargadores frontales y grúas de brazo articulado. Es uno de los pocos empleos gubernamentales que quedan para quienes trabajan con residuos sólidos. Después de que Detroit se declaró en bancarrota en el 2013, las empresas privadas se quedaron a cargo de la recolección normal de basura. Esas empresas no recogen la basura de una dirección desocupada, pero nosotros sí lo hacemos. No estamos motivados por las ganancias. Nuestra única motivación es mantener limpia la ciudad.
“No soy un héroe, pero tal vez mi camión sí lo sea”.
Vemos de todo: muebles viejos, alfombras, escombros de construcción. Una vez, unas personas se estacionaron directamente detrás mío mientras hablaba por teléfono con mi supervisor. Empezaron a lanzar televisores viejos sobre una cerca en una propiedad desocupada. Otro día, un hombre vaciaba su camión en la calle mientras yo estaba sentado en mi camión de servicios de higiene de la ciudad. Me hizo señas para que fuera a limpiar lo que dejó. La gente intenta denunciar a los que arrojan basura ilegalmente mientras lo hacen, para que podamos descubrirlos y lograr que dejen de hacerlo. Pero yo no puedo evitar que ninguna persona deseche basura. Si los confrontara, la situación podría volverse desagradable.
Cuando la gente regrese a trabajar, volveré a mi camión. No soy un héroe, pero tal vez mi camión sí lo sea. Hace el trabajo pesado. Yo hago mi trabajo para que la ciudad esté más limpia. Hay unos 15 empleados que hacen este trabajo, y solo soy uno de ellos.
— Según relatado a Michael Anft
- Iona Nevesky, cuidadora familiar en El Segudo, California
- Paul Kempner, conductor de trenes en Nueva York, Nueva York
- Marcia Woods-Johnson conductora de autobús en Columbus, Ohio
- Charles Vascellaro de periodista de béisbol a repartidor de tanques de propano
- Tina Weber, cartera del Servicio Postal de EE.UU. en San Diego, California
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