Vida Sana
Cuando Jessica Malaty Rivera llegó al Aeropuerto Internacional de San Francisco de la Ciudad de México en octubre, notó un letrero en el que se pedían voluntarios para un programa piloto del Gobierno para la detección temprana de la COVID-19, la gripe, el virus sincitial respiratorio (VRS) y otros virus respiratorios. Después de enterarse de que el programa era gratuito, que podía autorrecolectar la muestra de hisopo nasal y que recibiría una prueba de COVID-19 para llevársela a casa, decidió participar.
“Como epidemióloga y alguien que solía trabajar en el COVID Tracking Project, [sé que] nunca hay suficientes datos, y por medio de los datos podemos tomar decisiones informadas”, dice Malaty Rivera, asesora sénior de comunicación científica en de Beaumont Foundation (en inglés), una organización sin fines de lucro dedicada a la salud pública. “Cualquier oportunidad de participar en la recolección de buenos datos es un sí para mí”.
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El programa de muestreo de viajeros
El programa piloto es una expansión del programa de Vigilancia Genómica de Viajeros (TGS, Traveler-based Genomic Surveillance, enlace en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que comenzó durante la pandemia de COVID-19 para detectar nuevas variantes de SARS-CoV-2 y otros patógenos (pequeños organismos que pueden causar enfermedades) mediante hisopos nasales y la recolección de aguas residuales de viajeros internacionales en siete aeropuertos internacionales en EE.UU. Ahora, las pruebas de hisopos nasales se realizan en seis aeropuertos, pero los viajeros internacionales que llegan al Aeropuerto Internacional de San Francisco y al Aeropuerto Internacional de Dulles, en las afueras de Washington D.C., pueden hacerse una nueva prueba de detección de múltiples patógenos respiratorios de manera voluntaria mientras se encuentran en el aeropuerto.
Los quioscos de pruebas están ubicados afuera de inmigración y aduanas en el camino a la salida (también busca carteles grandes que anuncien el programa). Habrá representantes del cuidado de la salud en los quioscos para responder cualquier pregunta y ayudar con el proceso. Se les pide a los viajeros que completen un breve formulario sobre su historial de viajes y otras preguntas básicas antes de presentar su muestra de hisopo nasal.
La participación es anónima; nadie te pide tu nombre y no sabrás tus resultados. Las muestras se agrupan y las pruebas que detecten un virus se someten a una secuenciación genómica para determinar las variantes. Los datos se ingresan en tres bases de datos públicas, incluido el COVID Data Tracker de los CDC (una herramienta de seguimiento de datos de la COVID-19, enlaces en inglés).
La Dra. Cindy Friedman, jefa de la División de Salud de los Viajeros de los CDC, dice que todo el proceso de pruebas es rápido y fácil. “No creo que tarde más de cinco minutos”, comenta. “Y también recibes el kit gratuito [de prueba de detección de COVID-19]”.
Friedman explica que, además de la detección temprana de las variantes de COVID-19 y otros patógenos, el programa tiene como objetivo cubrir las brechas en la vigilancia mundial de enfermedades. La detección temprana permite ganar tiempo crítico para enviar las muestras a los laboratorios de los CDC para obtener una mayor caracterización.