Vida Sana
No todos los desiertos son como los imaginamos. Los hay secos y con altas temperaturas o muy fríos; la mayoría es un ecosistema rico en flora y fauna, y solo el 10% está cubierto de dunas. Latinoamérica cuenta con una variedad de desiertos y dunas, en donde es posible sumergirse en la naturaleza silvestre, contemplar de cerca las estrellas o divertirse jugando en la arena. Aunque puedes visitarlos por tu cuenta, las agencias de viaje resultan un buen aliado, pues facilitan el transporte y ofrecen guía en casos de temperaturas extremas y de falta de señalización o caminos demarcados.
Desierto de la Patagonia, Argentina
Con una extensión de 260,000 mi², es el desierto más grande de Argentina y el octavo más grande del mundo. Hace más de 70 millones de años fue habitado por enormes dinosaurios y hoy es hogar de especies como la comadreja patagónica, la lechuza vizcachera, el puma y el águila. Pondrá en entredicho tu imaginario de lo que es un desierto, pues es un territorio frío, donde sentirás temperaturas de 37° a 54°F, y verás arbustos y lagos. Puedes llegar desde Punta Arenas, en Chile, o desde El Calafate, en Argentina.
Parque Nacional Lençóis Maranhenses, Brasil
Con sus dunas blancas, este parque aumenta su atractivo en la temporada de lluvias, entre junio y septiembre, cuando se forman lagos que invitan a los turistas a bañarse en sus aguas azules. Situado en el estado de Maranhão, a unas 932 millas de Salvador de Bahía, no hay bullicio ni multitud. Las excursiones parten de la localidad de Barreirinhas por tierra o desde San Luis en avioneta. En sus 43 millas de playa podrás pasear a caballo o hacer rutas de senderismo. Es importante llevar ropa ligera, hidratación y usar protección solar, así como repelente de mosquitos
Dunas de Cabo Polonio, Uruguay
En el Parque Nacional Cabo Polonio se encuentran bosques nativos, playas arenosas, humedales e islas. Pero, el ecosistema más distintivo es su desierto de dunas, que cambia de formas y ubicación constantemente. A Cabo Polonio se llega por la ruta 10 desde la capital, Montevideo, sobre el kilómetro 264.5. Es un viaje para intrépidos y solamente se puede ingresar en buses autorizados, a caballo o a pie. Si quieres pasar la noche viendo las estrellas, encontrarás hospedajes tipo rancho que suplen las necesidades básicas de agua, alimentación y electricidad.
Desierto de Siloli, Bolivia
El Siloli ha sido comparado con las obras de Dalí. Sus arenas de color rojo y marrón, sus extrañas formaciones rocosas, y el particular “árbol de piedra”, lo convierten en un paraje surrealista. Está ubicado en el departamento de Potosí, a 16,404 pies sobre el nivel del mar y es considerado uno de los más áridos del mundo. Es una parada imperdible antes de visitar la Reserva Nacional de la Fauna Andina Eduardo Abaroa o el Salar de Uyuni. Se recomienda visitarlo a través de agencias de viajes, desde Atacama en Chile o desde Uyuni en Bolivia.
Desierto de Ocucaje, Perú
Ha sido catalogado como uno de los sitios paleontológicos más importantes del mundo. Al recorrer este desierto, encontrarás restos prehistóricos fosilizados de tiburones, ballenas, focas, pingüinos y otros animales marinos que hace unos 15 millones de años estaban cubiertos de agua. Está ubicado a 45 minutos de la ciudad de Ica o a cuatro horas y media de Lima en auto. El terreno quebrado exige llegar en vehículos todoterreno y en compañía de un guía porque es fácil perderse. Las agencias ofrecen recorridos que incluyen actividades como sandboarding. Es recomendable llevar abundante agua, comida y usar protector solar.
Desierto de Atacama, Chile
Cuando cae la noche sobre el desierto de Atacama, el visitante se olvida de la sed y de la arena que le cubre todo el cuerpo, porque millones de estrellas forman una cúpula que abriga con su brillo. Esta maravillosa vista nocturna es posible por la poca iluminación, así como la carencia de humedad (apenas 2 o 3%). Con volcanes, aguas termales y salares, este es el desierto más árido del planeta, que incluso lo han comparado con la superficie de Marte. La aventura comienza al abordar un avión desde Santiago hasta Calama, a hora y media del desierto.