Vida Sana
Cuando se piensa en castillos, se suele pensar en Europa. Sin embargo, en Latinoamérica también es posible encontrar un número de estas construcciones. Los castillos funcionaron como fuertes, cercados de murallas y baluartes, para defenderse de los invasores. Los palacios fueron —o son, en algunos casos— residencia de personalidades o jefes de estado. Este recorrido invita a conocer estas obras arquitectónicas, mientras se evoca el pasado.
Castillo de Chapultepec, Distrito Federal, México
En el punto más alto del Bosque de Chapultepec —pulmón del D.F.— se encuentra el único castillo monárquico de Latinoamérica. En este edificio, construido entre 1785 y 1787, bajo el mandato del virrey Bernardo de Gálvez, funciona hoy el Museo Nacional de Historia. Durante el recorrido, podrás revivir la historia de México, desde la conquista hasta la independencia, a través de sus colecciones de numismática, documental, indumentaria y pintura. Además, podrás dar una caminata por sus hermosos jardines o el bosque que lo rodea. La entrada es libre para jubilados, adultos mayores, niños menores de 13 años, y personas con capacidades diferentes. La mejor época para visitarlo es de marzo a mayo, cuando los días son cálidos y el turismo es moderado.
Palacio de los Capitanes Generales, La Habana, Cuba
En la Plaza de Armas, sobre la calle Obispo, está la obra arquitectónica más importante del barroco en Cuba. Su imponente fachada resguarda un exuberante patio central, así como salas con exposiciones en torno a la historia del Caribe, la independencia y la revolución cubana. No dejes de visitar la Sala de Banderas, que honra a los líderes independentistas, y el Salón del Trono, con joyas de personalidades como Catalina la Grande. El edificio sirvió de morada de militares y palacio presidencial antes de convertirse en el Museo de la Ciudad. La temperatura cálida de La Habana hace que cualquier época del año sea perfecta para visitarla, procura ir entre enero y mayo.
Castillo de San Felipe de Barajas, Cartagena, Colombia
Recorrer este lugar es viajar al pasado y revivir una época colonial. Puedes caminar por sus rampas, entrar a los puestos de los artilleros y adentrarte en su laberíntico sistema de túneles, por donde las tropas podían transitar y disparar sin riesgo de ser vistos por el enemigo. Esta es la más grande fortaleza militar construida por los españoles en América durante la Colonia y es, sin duda, un lugar imperdible en Cartagena. Su construcción de ladrillo y roca buscaba evitar invasiones por tierra y mar. Planea tu visita entre diciembre y abril, cuando las temperaturas rondan los 86ºF y las lluvias son poco frecuentes.
Palacio Nacional de la Cultura, Ciudad de Guatemala, Guatemala
Conocido como “El Guacamolón”, por el granito verde que reviste su exterior, es un símbolo de la capital de Guatemala. Acompañado de un guía, podrás develar la importancia histórica de sus diversas piezas arquitectónicas, así como murales y vitrales. Fue construido entre 1937 y 1943 bajo la presidencia del general Jorge Ubico, y funcionó como sede del gobierno hasta 1998, cuando se convirtió en el actual museo. Está abierto de lunes a sábado y es recomendable ir en los meses secos del año, de noviembre a abril.
Palacio Duhau, Buenos Aires, Argentina
En el exclusivo barrio de Recoleta, sobre la avenida Alvear, sobresale este edificio que conserva el resplandor de los palacios franceses. En este lugar, que desde el 2006 se convirtió en el hotel Palacio Duhau-Park Hyatt Buenos Aires, podrás tomar fotos de sus clásicos jardines europeos, pasar un rato en su café, o degustar uno de los 7,000 vinos de su vinoteca. Con seguridad, este lugar te remitirá a los años 30, cuando los hermanos Duhau encargaron su construcción. No es necesario que seas huésped para relajarte por unas horas y disfrutar este hermoso sitio. Encontrarás el mejor clima para recorrer la ciudad entre marzo y mayo, o de septiembre a noviembre.
Palacio de Carondelet, Quito, Ecuador
Ubicado en el centro histórico de Quito, el palacio es la sede de gobierno y la residencia del presidente de Ecuador, y se abre al público todos los días (consulta las visitas guiadas). Su fachada de estilo neoclásico y sus más de 300 años de antigüedad te invitan a recorrer sus pasillos, entrar a sus salones, conocer la colección de obsequios entregados al Primer Mandatario o apreciar obras de arte, como el mural de Oswaldo Guayasamín, que narra el descubrimiento del río Amazonas por parte de Francisco de Orellana en su aventura tras El Dorado. Las visitas guiadas son una oportunidad para acercarse a la historia ecuatoriana y de Suramérica. Teniendo en cuenta el clima, el mejor momento para visitar Quito es entre mayo y septiembre.