Vida Sana
Hace seis años, viajé a Florencia desde Boston, mi hogar, para una estadía corta que se volvió permanente cuando me enamoré de quien hoy es mi esposo, un florentino llamado Rami. También estaba enamorada del país, y puedo decir que después de todo este tiempo, todavía lo encuentro realmente imponente.
Sin embargo, la belleza no es lo único que me deja sin aliento aquí. A veces es el esfuerzo físico necesario para desplazarse, mientras subes y bajas las empinadas calles de los pueblos en las colinas de la Toscana, escalas palacios y torres sin ascensores o te desplazas entre la multitud de turistas en ciudades antiguas.
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Pero si exploras más allá de esos lugares llenos de gente y difíciles de transitar, encontrarás pueblos tranquilos con un carácter único. Es como descubrir la verdadera Italia (especialmente en temporada baja). Estos son cinco de mis lugares favoritos en el centro y norte de Italia, donde uno no se cansa con tan solo moverse por la ciudad.
Parma
Parma (en inglés) es una pequeña ciudad en el Valle del Po, a solo dos horas al norte de Florencia (entre Bolonia y Milán), que en invierno a menudo está envuelta en una encantadora niebla aterciopelada. Es famosa por su cocina: probar un plato de jamón de Parma recién cortado y queso parmesano es un lujo que no he podido repetir en ningún otro lugar. Mi plaza favorita, la Piazza del Duomo, alberga la catedral de Parma, dedicada a la Asunción de la Santísima Virgen María. Además de sus espléndidos frescos y sus esculturas románicas, la catedral tiene un hermoso bautisterio octogonal, un ejemplo perfecto de arquitectura medieval, en un impresionante mármol rosado. Las tranquilas calles son fáciles de recorrer; la ciudad, situada en el valle, es extremadamente plana y bien pavimentada.
Greve in Chianti
A poco menos de una hora en auto a las afueras de Florencia, Greve in Chianti (en inglés) se encuentra en el corazón de la tierra del vino. Ubicado en un pequeño valle toscano rodeado de viñedos, este pueblito vive principalmente de la cultura del vino, y es donde te gustaría estar si buscas la sustanciosa cocina toscana complementada con una copa de Chianti. Luego, puedes pasear por calles poco transitadas y mirar tiendas bajo los arcos de Piazza Matteotti. Si vienes a principios de septiembre, puedes asistir al festival anual del vino, una experiencia inolvidable.