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Guía de AARP para visitar el Parque Nacional y Reserva Great Sand Dunes

Elige una aventura entre las dunas más altas de Norteamérica.


spinner image Huellas en dunas de arena hechas por excursionistas
GETTY IMAGES

 

Los picos nevados de Colorado se transforman en el paisaje abierto y desértico del valle de San Luis cuando viajas por carretera hacia el sur desde Denver. Y luego la topografía vuelve a cambiar repentinamente cuando en el horizonte aparecen gigantescos montones de arena que parecen sacados del desierto del Sahara. A esta distancia, es casi imposible calcular su inmensidad. ¿Son del tamaño de una casa?, ¿de una montaña? Contempla las dunas de arena más altas de Norteamérica, que alcanzan los 750 pies, aproximadamente la altura del puente Golden Gate.

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Se trata del Parque Nacional y Reserva Great Sand Dunes (GSDNPAP) —en inglés—, donde las atracciones que le dan nombre se extienden a lo largo de 30 millas cuadradas, rodeadas de una gran variedad de otros ecosistemas protegidos, como bosques, lagos alpinos, praderas, humedales y hasta tundra. ¿Pero por qué hay dunas aquí? Hace unos 440,000 años, una inmensa masa de agua llamada lago Alamosa se secó repentinamente, y el viento arrastró la arena que quedó atrás hacia las montañas Sangre de Cristo, donde comenzó a formar montones cada vez más altos.

Los cazadores nómadas llegaron hace unos 11,000 años para cazar mamuts y bisontes que entonces abundaban por estos lugares. Pasaron varios miles de años de ocupación humana y, más recientemente, los ute y los apaches jicarilla se instalaron en el lugar, y les pusieron nombres pintorescos a las dunas: los ute las llamaron sowapopheuveha, o "la tierra que se mueve de un lado a otro", mientras que los apaches les decían sei-anyedi, o "sube y baja". Y en 1807, cuando Zebulon Pike llegó a explorar las tierras de la reciente compra de Luisiana, escribió sobre las dunas: "Su aspecto era exactamente el del mar en una tormenta, excepto por el color, y no había el menor signo de vegetación".

Aunque no hubiera mucha vegetación, estas dunas estaban llenas de potencial para otros intereses: en la década de 1920, los mineros descubrieron oro en ellas y las empresas comenzaron a extraer arena para fabricar cemento. Los habitantes de Colorado se dieron cuenta de que su precioso recurso natural corría el riesgo de ser explotado hasta desaparecer, por lo que un grupo local de mujeres presionó al Gobierno federal para que lo protegiera. En 1932, el presidente Herbert Hoover declaró la zona monumento nacional y en el 2004 el terreno se convirtió en parque nacional y reserva. El parque nacional se compone principalmente de los campos de dunas, mientras que la reserva abarca terrenos adicionales en las adyacentes montañas Sangre de Cristo, donde se permite la caza y la pesca.

Con los años, el parque ha atraído a más y más viajeros, y las visitas se han duplicado casi exactamente desde la designación como parque nacional en el 2004. En el 2019, antes de que la pandemia paralizara los viajes, Great Sand Dunes acogió a 527,546 entusiastas del parque. Para ponerlo en perspectiva, el Parque Nacional de las Montañas Rocosas del estado atrajo casi nueve veces más visitantes durante el mismo periodo. Eso significa que estas dunas por lo general están maravillosamente libres de visitantes, por lo que son un relajante refugio para quienes las visitan. Y como no hay senderos establecidos sobre la arena, puedes hacer como Lawrence of Arabia y trazar tu propio camino a través del terreno cambiante barrido por el viento.

Planea tu visita

spinner image Mapa de colorado muestra la ubicación del parque Great Sand Dunes
GETTY IMAGES/AARP

Situado en los tramos del sur de Colorado, el parque nacional está casi a la misma distancia entre Denver (a 234 millas) y Albuquerque (a 246 millas). Desde Denver, la ruta es relativamente fácil: solo hay que ir en línea recta hacia el sur por la carretera interestatal 25, pasar por Colorado Springs, y luego hacia el oeste por la ruta nacional 160 y hacia el norte por la ruta estatal 150. Si quieres hacer un viaje más panorámico a través de las montañas, toma la carretera nacional 285 hacia el sur desde Denver, aunque este año hay un pequeño desvío por las obras en una carretera local cerca de la entrada del parque que te obligará a bajar la velocidad. Desde Albuquerque, conduce hacia el norte por la carretera interestatal 25 hasta Santa Fe, y luego continúa hacia el norte por la 285; cuando llegues a Alamosa, ve hacia el este por la 160 y luego hacia el norte por la 150.

Hay una estación de entrada en el extremo sur del parque, donde se paga la cuota de admisión ($25 por vehículo). A menos de una milla de distancia del parque, haz una parada en el centro de visitantes donde encontrarás baños y agua potable, mapas, exposiciones interactivas sobre la geología del parque y una tienda de recuerdos. En la parte trasera, en un porche, podrás utilizar un catalejo para explorar las dunas desde una perspectiva diferente.

A la hora de programar tu visita, recuerda que las apariencias engañan: aunque el centro de visitantes y la base de las dunas se encuentran en un valle, ese punto aparentemente "bajo" está en realidad a una altura de unos 8,200 pies. En verano, la temperatura máxima diurna por lo general llega a los 80 °F, con noches más frescas en que la temperatura puede bajar hasta los 40 °F. Sin embargo, a pesar de las temperaturas aparentemente moderadas, la superficie de las dunas puede alcanzar los 150 °F en un día soleado. La primavera tiende a ser ventosa y fría, siendo marzo y abril los meses en los que más nieva; el otoño, en cambio, normalmente es agradable, con temperaturas medias de 70 °F en septiembre. ¡Y el invierno es frío! Las temperaturas máximas están entre los 10 °F y los 40 °F, y las mínimas, alrededor de -15 °F. Pero casi siempre está soleado y el aire seco hace que las temperaturas sean menos frías.

Aunque el verano es, sin duda, la temporada alta, Kathy Faz, jefa de interpretación y servicios al visitante del parque, afirma que tener el lugar para uno solo puede ser tan fácil como evitar los fines de semana y las concurridas vacaciones de verano.

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spinner image Tiendas de campaña entre los árboles
NATURAL HISTORY ARCHIVE / ALAMY STOCK PHOTO

​​Alojamiento y restaurantes

La única opción de alojamiento en el parque es acampar, con las mejores instalaciones en Piñon Flats Campground, abierto de abril a octubre. El área se encuentra a una milla de distancia del centro de visitantes, y sus 91 campamentos están situados en un matorral de pinos piñoneros y artemisa, justo donde el valle comienza a inclinarse suavemente hacia las montañas Sangre de Cristo, y a menudo se pueden ver ciervos mulos recorriendo el área. Reserva sitios individuales hasta con seis meses de anticipación (recreation.gov —en inglés—); si buscas sitios para grupos, hasta con un año de anticipación.

Por $20 por noche, tendrás acceso a una mesa de pícnic y a una fogata, además de un baño compartido con inodoros de cisterna, pero no hay duchas. Además, hay campamentos accesibles para discapacitados y sillas de ruedas, así como senderos reforzados y baños accesibles. En algunos lugares caben vehículos recreativos y remolques de hasta 33 pies de largo, y una tienda de temporada vende productos básicos, como hielo y leña.

Además de Piñon Flats, hay siete lugares designados para excursionistas con mochila a lo largo del sendero Sand Ramp Trail y 20 sitios no designados en el campo.

Justo al lado de la estación de entrada, el Great Sand Dunes Lodge (en inglés) ofrece habitaciones de motel cómodas y sin lujos, algunas con cocina. Entre los servicios adicionales destacan una zona de cocina al aire libre con parrillas de gas y comederos para colibríes que son un bonito detalle del hotel en los meses de verano. El complejo ofrece alojamientos accesibles, aunque debes llamar con anticipación (719-378-2900) para confirmar la disponibilidad.

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A solo 5 millas más abajo por la ruta 150 se encuentra el Zapata Ranch, propiedad de Nature Conservancy y abierto por temporada de marzo a octubre. En este rancho de ganado y bisontes, todavía en funcionamiento, encontrarás un alojamiento de 17 habitaciones (en la casa original del siglo XIX), con habitaciones decoradas con un sutil estilo del suroeste. Las tarifas se sitúan por arriba de los $300 por noche y se puede hacer la reserva hasta 30 días antes de la fecha de llegada. Entre las actividades que pueden disfrutar los huéspedes figuran paseos a caballo por la manada de 2,000 bisontes o por el parque nacional, y senderismo por las montañas Sangre de Cristo.

Más allá de estas opciones, la mayor concentración de hoteles —que incluye los económicos Days Inn y Holiday Inn Express— se encuentra en Alamosa, a unas 38 millas al suroeste del centro de visitantes.

Prepara un refrigerio antes de visitar el GSDNPAP, porque solo hay un restaurante en 25 millas a la redonda, el Oasis Restaurant and Store, justo a la entrada del parque. Abierto desde el 1.º de mayo hasta el 30 de septiembre, este restaurante informal sirve platillos reconfortantes como tacos navajos con chile verde y burritos de frijoles negros.

spinner image Estrellas en el cielo
MIKE BERENSON / COLORADO CAPTURES/GETTY IMAGES

​​Actividades

Piensa en el Great Sand Dunes como si fuera un gigantesco arenero que tú y tu familia van a explorar. Con su ambiente de "elige tu propia aventura", el parque es un lugar fantástico para los viajes multigeneracionales, y los miembros de la familia con diferentes niveles de acondicionamiento físico pueden explorar las arenas a su propio ritmo, ya sea subiendo a la cima de estos gigantes o simplemente pasando un día de descanso en la "playa".

Explora las dunas a pie: una de las primeras cosas que notarás en este parque es la libertad que te ofrecen nada menos que 30 millas cuadradas de campos de dunas, a los que se puede llegar a través de un estacionamiento situado una milla más allá del centro de visitantes. Como no hay caminos marcados en la arena, se puede subir a cualquier duna desde cualquier dirección, pero toma en cuenta que la arena puede ser abrasadora en los momentos de más sol, y las tormentas pueden producirse rápidamente. Por lo tanto, es mejor ir de excursión a primera hora de la mañana o al atardecer para evitar los riesgos del sobrecalentamiento o de los rayos.

Hasta las personas con problemas de movilidad pueden divertirse. El parque ofrece un número limitado de sillas de ruedas para la arena con neumáticos inflables de gran tamaño que las hacen mucho más fáciles de empujar sobre la arena que las sillas de ruedas normales —más fáciles, pero no fáciles. ¡Requieren músculo! Reserva una gratis llamando al centro de visitantes (719-378-6395).

En las dunas, disfrutarás de las sensaciones singulares que hacen que este lugar sea tan especial: la sensación de tus pies hundiéndose en la arena calentada por el sol, el canto de los pájaros, el gorgoteo de Medano Creek en la distancia y el aroma del pino piñonero y del enebro. Escucha el fenómeno de las "arenas cantoras". De la misma manera que nuestras cuerdas vocales producen sonido mediante la vibración, las arenas emiten un suave murmullo cuando el aire pasa por los granos en movimiento, como resultado de avalanchas naturales o de visitantes que empujan la arena por las laderas. La excepcional experiencia sonora llegó a inspirar la melodía de Bing Crosby "The Singing Sands of Alamosa".

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Practica el deslizamiento en trineo o en tabla en la arena: saca el niño que llevas dentro deslizándote por las dunas en tablas de surf en arena o trineos especialmente fabricados con bases extradeslizantes recubiertas de cera. (Nota: los trineos, los esquís y las tablas fabricados para condiciones invernales solo funcionarán cuando las dunas estén mojadas después de la lluvia o la nieve). En su sitio web, el parque ofrece una lista de tiendas de los alrededores que alquilan equipos para actividades al aire libre. La más cercana es la Oasis Store, a cuatro millas del centro de visitantes sobre la ruta 150.

Chapotea en Medano Creek: ¿ya mencionamos que las dunas pueden calentarse? Refréscate con un chapuzón en Medano Creek, un arroyo poco profundo que se crea cuando la nieve de las montañas Sangre de Cristo empieza a derretirse en abril. Incluso durante la temporada alta, el arroyo tiene apenas unas cuantas pulgadas de profundidad, pero es posible que veas un fenómeno único llamado "flujo de oleaje", cuando las crestas de arena bajo el agua hacen que fluyan pequeñas olas. Aunque el agua solo te llegue a los tobillos, a menudo verás a los niños pasar a toda velocidad en tubos inflables. El arroyo serpentea desde las montañas a lo largo del lado occidental de las dunas y se puede llegar a él dando un rápido paseo desde el estacionamiento de las dunas.

Hay que tener en cuenta que el arroyo es muy popular entre los lugareños, que transforman estas arenas en una especie de playa improvisada, y con frecuencia hay multitudes los fines de semana de finales de mayo y principios de junio.

Sal a mirar las estrellas: en el 2019, las dunas fueron designadas oficialmente International Dark Sky Park. Faz dice que una de sus actividades favoritas es "ir de excursión después del atardecer para disfrutar de las dunas cuando el sol se pone y la luna llena o las estrellas iluminan el cielo". Desde este lugar, se puede ver la Vía Láctea, que parece una nube cremosa que se extiende por el cielo nocturno. Durante la primavera, puede verse antes del amanecer; al llegar el otoño, es visible al atardecer.

Si visitas las arenas al anochecer, asegúrate de llevar tu propia linterna; de preferencia, consigue una de luz roja para que no afecte tu visión nocturna. Quizá tengas la suerte de ver criaturas nocturnas como gatos monteses y salamandras, pero es más probable que las escuches entonar su sinfonía nocturna: los coyotes aúllan, los búhos ululan, las ranas y los sapos croan. Y si oyes un leve ruido sordo, son las ratas canguro, que golpean el suelo con sus patas para advertirles a otras del peligro.

Conduce por el Medano Pass: si deseas ver un panorama diferente de la zona, visita las montañas Sangre de Cristo, la parte de la "reserva" del parque. "Los lagos alpinos y las zonas de mayor altitud son menos conocidos, ya que requieren más tiempo y planificación para llegar a los puntos de partida de los senderos", dice Faz. Una de las formas más atractivas de explorar esta zona es a través del Medano Pass Primitive Road, un tramo de 22 millas que conecta el parque con el Wet Mountain Valley y la ruta estatal 69. Esta ruta, que solo está abierta en los meses más cálidos, es exclusiva para conductores expertos en vehículos con tracción en las cuatro ruedas, ya que hay que cruzar arenas compactas, atravesar arroyos y abrevaderos, y evitar enormes rocas. Las recompensas incluyen el espectáculo de los borregos cimarrones y de las hojas doradas de los álamos en el otoño.

O deja que conduzca otra persona reservando una de las excursiones guiadas en jeep que ofrece Mountain Master Off-Road Tours (en inglés); una excursión de tres horas cuesta $360 para uno o dos pasajeros. Te encontrarás con tu conductor en el centro de visitantes.

Ciudad de acceso

Lo más parecido a una ciudad de acceso en estas zonas remotas es Alamosa, a unas 38 millas al suroeste del parque. Fundada en 1878 como parada del ferrocarril Denver & Rio Grande Western Railroad, Alamosa es ahora una excelente base de operaciones para explorar el valle de San Luis. No te pierdas el Alamosa National Wildlife Refuge, que está repleto de especies de aves, como águilas, colimbos, búhos, pelícanos y andarríos; la principal atracción, sin embargo, se produce dos veces al año, cuando hasta 20,000 grullas de arena vuelan en sus migraciones de primavera y otoño.

Entre los lugares más destacados para comer en la ciudad se encuentran Roast, una tostadora de café y restaurante con un menú de desayuno estupendo (pide cualquier cosa que lleve salchicha o chorizo de Gosar, de elaboración local, o chile verde); y Locavores, una opción de comida rápida y casual que obtiene casi todos sus ingredientes del valle que lo rodea para ofrecer un menú de ensaladas, quesadillas, panini y mucho más con sabor del suroeste. El pueblo también es el hogar de tres cervecerías: Colorado Farm Brewery, San Luis Valley Brewing Company y Square Peg Brewerks.

EN LA RUTA

Si te gustan las recargadas atracciones de carretera, considera la oportunidad de tomar la ruta larga hacia el parque, que sigue la carretera nacional 285 antes de cortar hacia el sur por la ruta estatal 17. En muchos sentidos, el ambiente es pura nostalgia al estilo de la ruta 66. Toma una desviación a la divertida ciudad de Crestone, un centro espiritual conocido como "el Shambala de las Rocosas", en honor a un reino mítico de los Himalayas. Es el hogar de atracciones como un zigurat escalable construido por el padre de la reina Noor de Jordania, y un ashram hindú. Siguiendo hacia el sur por la 17, verás por qué esta carretera se ha ganado el apodo de Cosmic Highway (carretera cósmica) con una parada en la UFO Watchtower, una plataforma de observación, tienda de regalos y zona para acampar propiedad de la entusiasta de los extraterrestres Judy Messoline. A continuación, está el Colorado Gators Reptile Park, con caimanes, cocodrilos, iguanas, pitones, tortugas y mucho más. Podrás acariciar y posar con una cría de caimán y hasta pescar carpas para alimentar a los adultos.

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