Vida Sana
Nada puede derribar un plan financiero más rápido que la deuda, y los adultos mayores que ya están agobiados por las deudas de las tarjetas de crédito pueden endeudarse aún más debido al coronavirus.
Antes de que surgiera el coronavirus, había más hogares de adultos mayores endeudados, señala Brandy Bauer, portavoz del Consejo Nacional sobre el Envejecimiento (NCOA). En el 2016, el 60% de los hogares encabezados por personas mayores de 65 años tenía deudas, frente al 51.9% en el 2010. La suma promedio de su deuda era un poco más de $31,000.
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Según Bauer, este problema se debió a varios factores. “Algunos estaban cerca de la edad de jubilación cuando se produjo la Gran Recesión y muchos de sus recursos se liquidaron o disminuyeron en gran medida", señala. Otros enfrentan deudas por gastos médicos y pueden verse buscando tarjetas de crédito para pagar sus facturas. A medida que aumenta el desempleo durante las órdenes estatales de permanencia en el hogar, muchos trabajadores mayores terminarán pagando facturas con las tarjetas de crédito hasta que puedan cobrar beneficios por desempleo o recibir otra ayuda del Gobierno.
“Las deudas pueden ser paralizantes”, dice Randall T. Lehman, asesor de gestión patrimonial de Northwestern Mutual, con sede en Fort Wayne, Indiana. Por lo tanto, la oportunidad de refinanciarlas para poder manejar mejor los pagos puede ser tentadora para quienes intentan librarse del problema. Existen diversas opciones de consolidación de deudas. Los expertos opinan sobre las ventajas y las desventajas de cada una de ellas.
Refinanciación a una tarjeta de crédito de bajo interés
Una tarjeta de crédito que ofrece un interés promocional bajo o incluso una tasa de interés del 0% te puede dar la oportunidad de reducir tu saldo sin pagar mucho interés. Otro beneficio: las tarjetas de crédito son un ejemplo de deuda no garantizada, lo que significa que no están respaldadas por una garantía. Esto puede ser una ventaja en el momento de considerar las opciones para refinanciar deudas, porque en el peor de los casos no perderás un bien importante, como tu vivienda. “Prefiero tener una línea de crédito sin garantía que una con garantía, porque de ese modo ninguno de tus bienes corre riesgos”, señala Michael Gerstman, director ejecutivo de la empresa de planificación de jubilación Gerstman Financial Group, con sede en Dallas.
Sin embargo, refinanciar la deuda de una tarjeta de crédito a otra puede tener sus inconvenientes. Por ejemplo, la tasa puede aumentar considerablemente una vez que termine el período promocional. De hecho, algunos podrían encontrar que “habrían estado mejor si conservaban la tarjeta de crédito que tenían, porque en comparación la tasa de interés no era tan mala”, señala Lehman.
Luego están las tarifas. “Muchas ofertas para transferir saldos tienen una tarifa por transferencia de saldo del 3% o más, que fácilmente puede ser equivalente a dos o tres meses de intereses en la tarjeta de crédito anterior”, indica Michael Sullivan, consultor financiero personal de la organización de educación financiera sin fines de lucro Take Charge America, con sede en Phoenix.
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