Vida Sana
La oleada de personas que la pandemia de COVID-19 ha empujado a redactar sus testamentos está creando otra oleada relacionada con la planificación de herencias: la de aquellas personas a quienes se les pide que un día ejecuten dichos testamentos.
Se trata de los albaceas o ejecutores testamentarios: familiares o amigos designados en un testamento como administradores de la herencia de una persona fallecida. Si has aceptado actuar como ejecutor testamentario, es probable que conozcas en términos generales la tarea que enfrentas: cerrar las cuentas, inventariar los bienes y distribuir los legados. Pero incluso en los casos relativamente simples (un cónyuge fallece y le deja todo al otro), el papeleo es abrumador. Y en situaciones no tan simples (por ejemplo, si fallece una viuda con varios hijos y gran cantidad de bienes), la tarea se complica. Y mucho.
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"Ser ejecutor testamentario no es nada sencillo", dice Terrence Franklin, abogado de planificación patrimonial en Los Ángeles. El papeleo puede superar tus peores expectativas. Y el lado humano también puede tener sus complicaciones: es posible que tengas que apaciguar los ánimos de herederos impacientes o mediar en disputas domésticas. Asumir este papel es una verdadera muestra de devoción, añade Franklin. Y aunque te paguen por ello, se trata sobre todo de una tarea de amor.
Sigue estos pasos para asegurarte de que, cuando llegue el momento, honras al difunto, sirves a sus herederos y haces tu trabajo de la forma más eficaz posible.
Háblalo
Para asegurarte de que comprendes los deseos del autor del testamento, pídele detalles sobre lo que realmente quiere que ocurra con su patrimonio tras su muerte. Luego, pregúntale si todo eso está detallado en el testamento. “Salgan a tomar un café, y cuando estén sentados, dile: ‘Puede que esta conversación sea incómoda, pero tengámosla de todos modos’”, recomienda Abby Schneiderman, codirectora ejecutiva de Everplans, un sitio web de planificación patrimonial digital. Prepárate para las sorpresas, advierte. El testador puede dejar bienes a un amante actual o incluso pasado. Uno de los hijos puede quedar excluido a propósito. Si solo de pensar en cómo manejarás un bombazo de ese tipo te revuelve el estómago, pídele al autor del testamento que escriba una última carta con instrucciones, un documento informal que se leerá tras su muerte donde él mismo explica sus decisiones.
Empieza el papeleo
Tras la muerte del testador, el proceso no podrá empezar hasta que localices el testamento (el original, no una copia). Presenta el testamento y el certificado de defunción ante el tribunal testamentario para obtener una carta testamentaria que te reconocerá como ejecutor. Ese es un paso necesario antes de que puedas emprender cualquier acción relacionada con la herencia. Pide al menos una docena de copias certificadas adicionales del certificado de defunción: según la herencia, puede que necesites más de veinte. Necesitarás esas cartas para varias tareas: cancelar tarjetas de crédito, vender una casa, transferir la titularidad de un vehículo, cortar los servicios públicos… "Es un fastidio tener que regresar y decir 'necesito más'", afirma Kurt Grube, autor de Please Don't Die! But if You Do, What Do I Do Next?
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