Vida Sana
¿Cómo conseguir un precio justo por las monedas antiguas cuando no sabes lo que valen?
Esa fue la pregunta que nos hicimos mi suegro, Howard, y yo el verano pasado. Él tenía un montón de monedas que había heredado hace décadas: una moneda de 50 centavos de 1826, un centavo acuñado durante la Guerra Civil, un dólar de plata de 1885 y seis monedas más de la década de 1920. Y yo tenía un billete de $2 de los años 50 y unas inmaculadas monedas de medio dólar de John F. Kennedy de 1964, el último año en que EE.UU. acuñó monedas de plata para la circulación. Daba la impresión de ser una colección potencialmente valiosa y los dos estábamos listos para vender.
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Sin embargo, no sabíamos nada de coleccionar monedas. Así que me ofrecí para hablar con algunos expertos en monedas —numismáticos— para pedirles consejos sobre la valoración y la venta de moneda.
En mi cabeza empezaron a danzar fantasías de Antiques Roadshow, esos emocionantes momentos en los que alguien dice: “¿Esa cosita vieja que trajiste? Vale un cuatrillón de dólares”. Esto es lo que aprendí en mi búsqueda de conocimientos... y riquezas.
Lección 1: La mayoría de las cosas son comunes
Esta reveladora observación procede de Mitch Sanders, columnista de The Numismatist, la revista de la American Numismatic Association. ¿Sabes qué es común? Mis maravillosas monedas de Kennedy de medio dólar de 1964. “Las casas de moneda las fabricaban por millones. La gente las guardaba por millones”, dijo Mark Schimel, gerente de la tienda de Nueva York de Stack’s Bowers Galleries, uno de los principales subastadores de monedas. “Todas se ven bonitas porque nadie las gastó”.