Angélica María, una estrella como pocas

Con 72 años recién cumplidos, Angélica María se encuentra en una posición privilegiada: puede trazar como protagonista el desarrollo de la cultura popular en México desde los años 60 –que coincidieron con su adolescencia– hasta el presente. Al principio, su carrera musical se asoció con un sonido tan rebelde como refrescante. Patrocinada por el compositor Armando Manzanero, participó como baladista en los comienzos del rock mexicano. Grabó temas como “Edi Edi”, “Johnny el enojón”, “Toco tu puerta” y “Bésame”, presentándose junto a los otros dos ídolos juveniles del momento, César Costa y Enrique Guzmán. Una época dulce para la canción pop en Latinoamérica.

“Eran los años 60”, explica la actriz. “Yo tenía 17, pero eran tan distintos a los 17 de las niñas de ahora. Más bien era como alguien que hoy tendría 10 u 11 años, una inocencia increíble. Tuve una educación muy avanzada, porque mi madre era una mujer muy inteligente que me educó sin mentiras ni tapujos. Según iba preguntando, me enteraba de las cosas. Cantaba canciones de amor, pero no había experimentado nada todavía. Era el prototipo de la muchacha de aquel entonces”.

Ese arquetipo, justamente, le vino de maravillas para interpretar una larga serie de papeles protagónicos en telenovelas y películas. Cuando se le pregunta que elija una producción favorita en estos dos rubros, contesta sin titubear.

“La telenovela sería Muchacha italiana viene a casarse”, dice refiriéndose a la producción mexicana de 1971. Se grabaron más de 200 episodios. “Tuvo un éxito inusitado, y además yo hacía de italiana, aunque no lo era. Me encantaba porque me confundían. Inclusive en algún país latino que visité, la embajadora de Italia se enojó conmigo cuando le dije que era mexicana. Esa novela me dio tantas satisfacciones y el amor de mucha gente. Es mi consentida.  Todavía escucho a la gente cantando su tema musical, ‘Adónde va nuestro amor’”.

“Y la película sería 5 de chocolate y 1 de fresa”, agrega, mencionando el film del director Carlos Vela, estrenado en 1967, donde ella exclama la famosa frase ‘Síganme los buenos’.  “El título proviene de una escena donde pedimos unos helados. Fue una película que rompió todos los esquemas del cine mexicano. Era una comedia, pero también hablaba de muchas otras cosas. Era divertida, una película distinta”.

Los éxitos no pararon nunca. En los últimos años, ha continuado participando en discos, espectáculos en vivo y telenovelas, en algunas ocasiones junto a su hija Angélica Vale. Décadas después, “la novia de México” no ha perdido su optimismo, la alegría de vivir.

“En esta carrera siempre hay golpes y desilusiones, muchas cosas que en algún momento te hacen pensar en retirarte”, concluye. “Pero yo creo que una nace para esto, y como en todo, hay que salir adelante. Hay que escalar la montaña hasta lograr lo que uno quiere. Por lo menos, para seguir viviendo dignamente”.

Entre los otros homenajeados por los Hispanic Heritage Awards este año se encuentran el novelista de origen dominicano Junot Díaz y el cantante y compositor Prince Royce, que ha fusionado el ritmo tropical de la bachata con otros géneros como el mariachi y el pop latino. La legendaria orquesta afrocaribeña Fania All-Stars –estandarte de la explosión salsosa en la ciudad de Nueva York a comienzos de la década del 70– recibió el premio Arts Award como reconocimiento por su extensa discografía, además de los volcánicos conciertos en estadios y clubes nocturnos con los que cambiaron para siempre el sonido de la música latina.