Vida Sana
1. Mírate al espejo con las gafas de sol puestas y después sin ellas
¿Adivina qué? El estilo de gafas de sol que te encantaba y que usaste durante muchos años podría no ser el mejor para ti ahora. Los rostros adultos cambian con la edad. Se rellenan o adelgazan con el aumento o la pérdida de peso, o se hacen más flácidos o con más papada debido a la gravedad, al tiempo y a los cambios hormonales. Lo más probable es que el armazón que llevas puesto sea demasiado grande, demasiado pequeño, demasiado estrecho, demasiado ancho o demasiado aburrido para tu cara. Mantén la mente abierta y sigue leyendo.
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2. Reconoce las señales de un mal ajuste
Si tus gafas de sol se están hundiendo en las mejillas, aplastando la nariz o se mueven hacia arriba y abajo cuando sonríes, hablas o comes, es hora de actualizarlas. ¿Las patillas (que normalmente llamamos “brazos” o “lados") se te encajan en la cabeza o las orejas? Te deberían abrazar la cabeza y extenderse hacia atrás o inclinarse en un ángulo en los extremos sin lastimarte. ¿Las lentes cubren suficiente área de los ojos? Los armazones de alambre con lentes redondas tipo retro (a veces llamados estilo John Lennon) son demasiado pequeños como para proteger eficazmente el área de los ojos contra los rayos ultravioleta. Guarda eso para los anteojos. ¿Se muestra algo de las cejas? Las gafas de sol no deberían ocultarlas totalmente. ¿Tus anteojos siempre se inclinan? Revisa las orejas. Si una oreja es ligeramente más alta o más baja que la otra (es más común de lo que piensas) los armazones se verán ladeados. ¿Tus pestañas tocan las lentes? El ángulo del armazón no está bien, lo que causa que los anteojos queden muy cerca de la cara. Simplemente di “no”.
3. Mantén los armazones y la forma de la cara en sincronía
No hay reglas sobre la forma de la cara y las gafas de sol. Nadie a los 50 años tiene realmente una cara en forma cuadrada, de corazón ni redonda; de hecho, nuestras caras se hacen más asimétricas con la edad. Las líneas capilares retroceden, las orejas y la nariz continúan creciendo, los labios a veces se aplanan o adelgazan y las mandíbulas pueden verse caídas. La forma correcta de las gafas de sol debería regresar un poco de definición a tu cara, alzar los rasgos y crear una apariencia más equilibrada a la vez que desvía la atención de lo que sea que quieras ignorar. En general, los opuestos se atraen. Las gafas de sol con líneas angulares como cuadros y rectángulos favorecen los rostros redondos/rellenos, mientras que los marcos o las lentes redondas (incluso las cuadradas redondeadas) favorecen los rostros muy angulares y afilados con rasgos fuertes, mandíbulas cinceladas y pómulos pronunciados.
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