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En el principio era Berry Gordy, el fundador del sello discográfico Motown, un compositor y productor de música popular que anhelaba llegar algún día a todos los jóvenes de Estados Unidos, un hombre conocido por su impecable oído y su implacable empuje. De modo que no sorprende que el segundo artista que Gordy incorporó a su sello fuera el compositor adolescente William “Smokey” Robinson y su grupo vocal, The Miracles.
Al igual que Gordy, Robinson era un creador prolífico: al día de hoy se le atribuyen más de 4,000 canciones y docenas de éxitos de la lista de las 40 mejores canciones, entre ellos “My Girl” para el grupo The Temptations, “My Guy” para Mary Wells y “Ain’t That Peculiar” para Marvin Gaye. Pero además, el mismo Robinson cantó muchos de los éxitos imperecederos que creó: “The Tracks of My Tears”, “I Second That Emotion” y “The Tears of a Clown” son ejemplos apenas para empezar. También fue productor, buscador de talentos y vicepresidente de Motown. En la actualidad, la imagen de Motown y la de Smokey Robinson continúan ligadas: ambas están asociadas con clase y buen gusto y ponen a prueba la capacidad de llegar a un público blanco sin perder nunca el amor y la admiración de los seguidores afroamericanos.
Robinson se ha ganado un lugar en el Salón de la Fama del Rock & Roll y en el Salón de la Fama de Compositores, y ha sido galardonado por el Kennedy Center. Hace dos años recibió el Premio Gershwin a la canción popular otorgado por la Biblioteca del Congreso. Su voz continúa siendo dulce y suave y todavía graba y actúa: en febrero y marzo hará cuatro espectáculos en el complejo Wynn de Las Vegas. A los 78 años, dice que está sano y es feliz. Cuando no está cantando, practica yoga, come comida vegana y juega al golf. En octubre invitamos al periodista musical Touré a entrevistar a la leyenda de Motown. Robinson tenía muchas ganas de hablar sobre su papel en la historia del sello grabador, pero todavía estaba en duelo por la partida en agosto de su amiga, la reina del soul Aretha Franklin. Se habían conocido cuando ella tenía 6 años y él 8, de modo que comenzamos por allí.
¿Cómo te sientes ahora por la muerte de Aretha?
Todavía estoy en la etapa de recuperación porque la amo y voy a extrañar nuestras conversaciones y nuestros encuentros. Pero sé que espiritualmente está en un lugar mejor. Hacia el final sufría, y yo no quiero verla sufrir nunca. Así que ella ahora está bien, y yo estoy bien porque ella está bien.
Tú y Aretha crecieron en Detroit, junto con muchas otras estrellas: Jackie Wilson, Martha Reeves, Diana Ross y Mary Wells, entre otros. El Detroit en el que creciste era musicalmente fértil.
Había miles y miles de personas talentosas allí. Acostumbrábamos hacer competencias de grupos en las esquinas. Había grupos que cantaban mejor que yo y The Miracles.
Pero hay otras ciudades plagadas de buenos músicos. ¿Qué es lo que hacía diferente a Detroit en tu época?
Berry Gordy. Yo creo que hay gente talentosa en todas las ciudades, en todos los pueblos, en todas las comunidades, en todas las aldeas, en cada esquina del mundo. Pero Berry Gordy nos dio un medio de expresión.
¿Qué es lo que hacía único a Berry?
Él era un hombre de música. Cuando lo conocí, estaba escribiendo canciones para Jackie Wilson y otras personas así, y era un productor de discos. En esos días, especialmente si eras negro, nadie te pagaba lo que debía pagarte, si es que te pagaban algo. Así que Berry decidió abrir su propia compañía discográfica y darnos un medio para llegar al público.
Algunos ejecutivos de la industria discográfica tienen éxito porque tienen oído, y otros porque pueden hacer que el negocio funcione.
La mayoría de los sellos discográficos en esa época estaban dirigidos por abogados o personas que solo querían entrar en el negocio de los discos como un pasatiempo o algo así. Pero nosotros teníamos un hombre de la música al timón. Alguien cuyo primer amor eran la música, producir discos y escribir canciones. Eso fue una real ventaja para nosotros.
¿Él te ayudó a convertirte en un mejor compositor?
Sin lugar a duda.
¿Qué te enseñó?
Cómo hacer que mi canción fuera una idea. Cuando conocí a Berry, The Miracles habían ido a una audición con los representantes de Jackie Wilson. Berry estaba allí ese día para entregar unas canciones nuevas. Cantamos cinco canciones que yo había escrito. A la gente de Jackie Wilson no les gustamos para nada, pero después de que ellos nos rechazaron, Berry apareció y dijo: "Oye, me gustaron un par de canciones de ustedes. ¿De dónde las sacaron?" Yo tenía 100 canciones en un cuaderno de hojas sueltas. Pero la mayoría eran incoherentes porque el primer verso no tenía nada que ver con el segundo.
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