Michelle Yeoh siempre ha dicho que nunca es suficiente... "¡Quiero más!"

Pero Yeoh sufrió una lesión de espalda mientras estudiaba en la Real Academia de Danza en Londres que la puso en un camino diferente. Finalmente, cambió su especialización a artes creativas, con una subespecialización en drama, y a los 22 años fue elegida para un comercial de televisión en Hong Kong junto a Jackie Chan. Poco después, una compañía de producción de películas le ofreció un contrato.

"En tu cabeza, todos estos padres chinos dicen, '¿Actuación? ¡Nooo!'", dice Yeoh. "Pero el apoyo de mi papá me dio confianza como una joven adulta que intentaba hacer cosas nuevas, sabiendo que si iba a Hong Kong y fracasaba miserablemente, podría volver a casa y decidir de nuevo lo que quería hacer".

Nunca tuvo que hacerlo. Solo le tomó un año a Yeoh para triunfar a lo grande con su primer papel protagonista, en Yes, Madam, de 1985, que inició el subgénero de acción de Hong Kong de "chicas con armas". "Mi carrera en Hong Kong fue realmente un bautismo de fuego", recuerda. Hizo tres películas más durante los próximos dos años, luego se casó con el cofundador de su compañía de producción de películas cuando tenía 25 años. Entonces activó el plan B: retirarse del mundo del espectáculo y dedicarse a criar a los hijos que inevitablemente tendrían. Su decisión, siempre enfatiza, surgió tanto de lo que ella llama una incapacidad para hacer malabares entre hacer películas y ser madre, como de un sueño de toda la vida de ser madre. Pero ella y su esposo no pudieron concebir.

"Sabía que mi ex realmente quería una familia grande", le dijo a Gwyneth Paltrow en su pódcast de Goop a principios de este año. "Me miré a mí misma y pensé, 'Dentro de diez años, no puedes tener [un hijo], ¿qué vamos a hacer?'. En retrospectiva, fue una decisión inteligente alejarme y no fingir que todo saldría bien. Sí, nos amábamos, pero había expectativas. Entonces fue algo muy muy duro".

Después de su divorcio, Yeoh salió del retiro y encontró éxito casi inmediatamente, esta vez con el clásico de 1992 Police Story 3: Supercop, en el que realizó acrobacias desafiantes junto a Chan. Unos años después, habiéndose establecido como una de las principales estrellas de Hong Kong, un amigo productor la animó a ir al Oeste.

"Yo me pregunté por qué", recuerda. "Me estaba divirtiendo a lo grande en Hong Kong. Tengo a mi familia extendida allí, está el mar, las montañas, la comida... ¿por qué ir a Los Ángeles?". Finalmente cedió: "¿Por qué no? Nada que perder, ¿verdad?".

Hollywood fue un despertar brusco. "La gente comenzó a decir, 'Eres una minoría'. ¿Cómo de repente me convertí en una minoría? "¿Cuántos miles de millones de nosotros hay alrededor del mundo?", dice. "Además, vengo de Malasia, donde somos multirraciales; simplemente diferentes culturas en un país hermoso".

Ziyi Zhang, Michelle Yeoh y Li Gong en la película de 2005 'Memoirs of a Geisha'.

Columbia/Cortesía Everett Collection

El viaje no fue un fracaso total: conoció a los ejecutivos de las películas de Bond, lo que eventualmente la llevó a conseguir el papel principal femenino en Tomorrow Never Dies. Pero Yeoh tuvo que soportar microagresiones, como audiciones que siempre tenían que justificar el origen étnico de un personaje asiático ("Los guiones siempre tenían que explicar por qué había una persona china allí. ¡Dios mío, ella es solo una reportera del tiempo!") y el constante asombro por su dominio del inglés (que es parte del currículo obligatorio en las escuelas malayas). "Finalmente empecé a decir, 'El vuelo hasta aquí duró 13 horas, así que aprendí inglés'", se ríe. "No dejé que me desanimaran".

A principios del 2022, en la víspera del lanzamiento de Everything Everywhere, Yeoh me dijo que ella y Todt, de 78 años, un ejecutivo francés de carreras de autos (que ahora se desempeña como enviado especial de la ONU para la seguridad vial), estaban decididos a finalmente casarse en el próximo año. Habían estado comprometidos desde el 2004, dentro de un mes de su primer encuentro en Shanghai en un evento para Ferrari; en ese entonces, Todt era el director ejecutivo. Estuvieron a punto de casarse en el 2014, pero su boda se pospuso por el fallecimiento del padre de Yeoh. "Jean dijo, 'No quieres casarte conmigo'", recuerda. "'¡Oh sí, quiero casarme contigo!'. Él seguía diciendo, '¿Y por qué no lo hacemos?'. Así que finalmente, dije, 'Bien, vamos a buscar a los abogados. ¡Vamos a hacerlo!'".

No fue intencional que la boda sirviera como la guinda del pastel del gran año de Yeoh. La pareja pasó casi dos años recopilando toda la documentación necesaria para una licencia de matrimonio en Ginebra, Suiza, donde han vivido desde el 2009. (Todt fue presidente del cuerpo de gobierno de los deportes de motor internacionales FIA, que tuvo una oficina allí, hasta el 2021). La ceremonia en julio del 2023 tuvo lugar en una oficina de registro civil, que Yeoh imaginó que sería un simple asunto de "firmar en el mostrador". Incluso después de que su círculo íntimo insistió en volar para ser testigos, les dijo que esperaran un código de vestimenta casual. Hasta que su amigo cercano Diego Della Valle, el dueño de la casa de diseño Schiaparelli, se resistió. "¡No! ¡No te vas a casar con camisa blanca!", exclamó, enviando al director creativo de su marca para diseñar un vestido de novia personalizado de color marfil con corsé para la ocasión.

El matrimonio de Yeoh es diferente al lazo tradicional que ella había imaginado cuando era más joven. "Jean viaja mucho. Siempre estoy trabajando", dice. "Pero en una relación, lo más importante es el respeto que se muestran el uno al otro por lo que hacen. Eso ha sido muy bueno para Jean y para mí".

Ella reconoce que este aprecio ha venido en parte de encontrarse más tarde en la vida, además de la sabiduría obtenida al cometer errores y aprender de ellos. (Todt también estuvo casado anteriormente). "No creo que nadie tenga una vida perfecta", dice Yeoh, quien sigue siendo amiga de su exesposo; la hija mayor de él es una de sus ahijadas. "¿Qué es la perfección? Aprender, evolucionar y desarrollarte es lo que te lleva a un lugar donde estás contento y en paz".

A medida que Everything Everywhere All At Once ganaba popularidad en los cines, Yeoh se encontró a sí misma, después de casi cuatro décadas y más de 50 películas, lidiando con un papel desconocido: la favorita de los premios. "Soy una mujer madura, pero era novata en la campaña para los Óscar. Todos los demás habían estado allí durante mucho tiempo", dice sobre veteranos como sus compañeras nominadas Cate Blanchett y Michelle Williams.

Afortunadamente, dice Yeoh, filmar Wicked fue el antídoto perfecto para todo el alboroto de los premios, "y me recordó no solo el glamur, sino el duro trabajo de hacer una película".

Yeoh era la favorita entrando a la noche de los Óscar, pero después de pasar la mayor parte de la ceremonia en la primera fila, de repente se vio atormentada por los nervios. "Pensé: mi mamá está en una fiesta para ver los Premios en Kuala Lumpur con sus amigos y familiares. Hay tantos de ellos; se vistieron, organizaron todo ese evento. ¿Y si pierdo?", dice.

Si vuelves a ver el videoclip, justo antes de que anunciaran quién ganó, puedes ver la ansiedad ondulando debajo de la fachada normalmente serena de Yeoh. El miedo no era perder el reconocimiento individual, era decepcionar a su comunidad. Afortunadamente para todos, vivimos en la versión del universo donde Yeoh ganó el premio de la Academia a la mejor actriz, la primera mujer asiática en hacerlo. "Solo piensa en todos los hombros en los que estoy parada", dice sobre los artistas asiáticos que la precedieron en Hollywood. "Simplemente me tocó tener el micrófono y decir que merecemos estar aquí. No es una responsabilidad; es una necesidad hablar".

El director Jon Chu dice que la coronación de Yeoh en los Óscar no la ha cambiado en absoluto. "De esto no ha salido ningún ego. Su pureza de enfoque en su arte es tan fuerte como antes", dice. "Creo que simplemente le dio un abrazo de parte de todos, diciendo, 'Te reconocemos y te vemos'".

Hacia el final de su discurso de aceptación, exhortó en nombre de todas las mujeres —"Chicas, no dejen que nadie les diga que ya pasó su mejor momento"— una expresión que a muchos oyentes les pareció especialmente aguda. "Fue importante para mí decir eso, porque cuando permites que eso suceda, te encasillan", explica ahora. "O sea, cuando tienes casi 40 años, si estás embarazada, ¡es un embarazo geriátrico! ¿Por qué importan tanto los números, especialmente para las mujeres? Parece que el reloj está corriendo mucho más rápido para nosotras".

“Aunque digo que trabajo demasiado, me encanta trabajar. Me encanta estar con gente creativa”, dice Yeoh.

Pal Hansen

La victoria del Óscar ha asegurado que Yeoh esté más ocupada que nunca, con proyectos de cine y televisión, sus compromisos con marcas, su trabajo de defensa. "Tengo todos mis guiones a mi alrededor, montones de ellos, y estoy intentando memorizarme las líneas. Cuando era niña en la escuela decía, 'Un día no tendré que estudiar más'. ¿Qué crees qué estoy haciendo a los 62?", se ríe. "¡Estudiando!".

Ella admite que está trabajando demasiado, incluso para sus estándares maníacos. "Necesito parar y disfrutar de las personas a mi alrededor", dice Yeoh de su familia encontrada y elegida, que incluye a seis ahijados y un nuevo nieto nacido del hijo de Todt y su pareja.

"Tengo que, en algún momento, decidir de forma consciente tomarme al menos un mes libre para pasar tiempo con la familia en Malasia, y con suerte visitar a familiares en Hong Kong", dice de manera poco convincente.

"La verdad es que amo lo que hago", continúa Yeoh con un suspiro. "Aunque digo que trabajo demasiado, me encanta trabajar. Me encanta estar con personas creativas. Me encanta que me desafíen, porque entonces estoy aprendiendo, estoy evolucionando".

Jamie Lee Curtis, quien a los 64 años ganó su primer Óscar, también por Everything Everywhere, lo entiende. "A medida que envejecemos, nos volvemos más sedentarios y aislados, porque a menudo ya no se nos permite hacer el trabajo que nos puso en contacto con los demás", explica Curtis. "Pero las personas como Michelle y yo, que somos artistas, debemos aprovechar este momento y sacrificar un tiempo más tranquilo". Ella está aprovechando al máximo cada aspecto de su trabajo: humanitario, filantrópico, publicitario, creativo.

Es apropiado que Everything Everywhere All at Once, la película que cambió la vida de Yeoh, una vida llena de puntos de inflexión, sea una que contempla los caminos no tomados. ¿Qué pensarían las versiones más jóvenes de Yeoh —la aspirante a bailarina, la futura madre ama de casa— del viaje en el que finalmente se embarcó?

"Esa es una buena pregunta. Cuando eres más joven, estás demasiado ocupado disfrutando la vida como para pensar en eso. Fui a Inglaterra en mi adolescencia, luego me gradué y me mudé a Hong Kong. Se trataba de escalar y avanzar, de caer y levantarte, conseguir nuevas oportunidades, de repente hacer películas de acción", reflexiona. "No soy el tipo de persona que piensa, 'Oh, debí haber hecho eso'. No estaría donde estoy hoy.

Mi papá siempre me decía: 'Deseo que tengas suficiente'", continúa. "Cuando era joven, solía decir, '¡No, no quiero tener suficiente! ¡Quiero más!'. Ahora entiendo. Es aprender a estar contento. Vivir con la mano abierta, no con el puño cerrado".