Vida Sana
Es necesario, sin embargo, planear por adelantado para plantar los bulbos antes de la primera helada, y algo de paciencia para esperar a que broten los tallos verdes de la tierra fría meses más tarde. La recompensa es un derroche de color en la primavera cuando florecen entre febrero y junio, a menudo antes que las plantas perennes y las hierbas.
Los jardineros entusiastas como Jim Jonker, de 72 años, de Holland, Míchigan, aprecian la “gratificación aplazada” de plantar bulbos florales.
“Los plantas y luego esperas. Piensas en otra cosa durante todo el invierno, y de repente en la primavera, ¡sorpresa!, ahí están”, dice. “Es muy gratificante”.
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Elige los bulbos apropiados para tu espacio
La mayoría de los bulbos verdaderos —los tulipanes, lirios y narcisos— requieren seis horas de sol diarias para florecer, regresan el año siguiente y se pueden incorporar al jardín sin restarle efecto al diseño paisajista o robarles nutrición a otras plantas.
Al plantarlos, asegúrate de hacerlo en un lugar soleado. Algunos bulbos, en particular los nativos como las campanillas de Virginia o Camassia, la Claytonia virginica y el lirio trucha amarilla, se pueden situar en zonas parcialmente sombreadas siempre y cuando reciban suficiente sol para alimentarse antes de que les salgan las hojas a los árboles.
Busca bulbos firmes, sin señales de moho o pudrimiento, y planea sembrar seis semanas antes de la primera helada en tu zona para dar tiempo a que se establezcan las raíces.
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