Vida Sana
Si tienes una pequeña huerta o un jardín en casa, sabrás muy bien el placer que produce recoger unos tomates, unos pepinos o un ramillete de albahaca de tu huerta y servirlos esa misma noche en la cena. Ahora imagínate no tener que lavar cuidadosamente ese tomate antes de comerlo o disfrutar de nuevo de un sabor tan puro e intenso que seguramente te recordará tu niñez.
La jardinería orgánica, tan de moda en los últimos años, es una filosofía que implica volver a los principios que seguramente usaban ya algunos familiares antepasados. Se trata simplemente de respetar los ciclos naturales de la tierra, no usar pesticidas ni fertilizantes químicos para controlar las plagas o acelerar el crecimiento, reutilizar los restos vegetales que se generen en casa y en el jardín y mejorar la calidad del suelo usando un abono natural.
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Si haz oído hablar de la jardinería orgánica y te intriga la idea de ponerla en práctica en tu huerta, sigue estos pasos muy sencillos.
1. Cómo elegir el sitio adecuado para la huerta orgánica
Si vas a plantar un huerto con hortalizas y hierbas, por ejemplo, necesitarás un sitio que reciba por lo menos seis horas de sol al día. Para determinar qué tipo de plantas elegir, es también importante identificar si recibe el sol de la mañana o el más caluroso sol de la tarde. Asegúrate también de que el sitio escogido tenga un buen drenaje y no se inunde con facilidad. El departamento de agricultura de Estados Unidos divide Norteamérica en 11 zonas climáticas. Saber exactamente en qué área vives te ayudará a determinar qué plantas son apropiadas para tu región. Indica tu código postal en esta página de internet para saber el número y la letra que corresponden a la zona en la que vives (¡un dato muy útil para cuando vayas a comprar semillas!).
2. Cómo preparar la tierra
Empezar con una tierra adecuadamente nutrida es una de las claves de la jardinería orgánica. Por eso es tan importante que determines la calidad del suelo en el que vayas a plantar. Un modo eficaz y económico de conocer la composición de la tierra en tu huerto es enviar una muestra a una de las Oficinas de la Extensión Cooperativa del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. En el National Institute of Food and Agriculture (Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura) encuentras una lista de las distintas oficinas organizadas por estados. Solicita que te envíen un Análisis de Nutrientes Estándar (“Standard Nutrient Analysis”) y por muy poco dinero recibirás un desglose completo del pH (potencial de hidrógeno) y de los niveles de nutrientes que tiene tu tierra, así como recomendaciones para enriquecerla. No te olvides mencionar que planeas cultivar orgánicamente. De acuerdo a los expertos, el otoño es la mejor época para analizar el suelo y aplicar los nutrientes orgánicos que sean necesarios antes de que empiece el invierno. En cualquier caso, asegúrate siempre de que el suelo en el que vayas a iniciar tu huerta orgánica tenga una buena capa de mantillo compuesto de abono, recortes de hojas y césped y estiércol.
3. Cómo hacer tu propio abono natural
El abono orgánico o compost se obtiene de los restos vegetales del jardín y del consumo cotidiano en nuestro hogar. Si tienes un rincón apartado en el jardín donde le llega parcialmente el sol, puedes hacer simplemente un montón con los restos y cubrirlos con cartón o ponerlos en una caja de madera. La opción más práctica y sencilla, sin embargo, es utilizar un compostador que puedes comprar en tu tienda de jardinería o hacerlo tu mismo utilizando un cubo grande de basura que tenga tapa y que quede bien cerrado. Como el compostaje precisa la circulación del aire para que se produzca la descomposición, necesitarás hacer pequeños agujeros en el cubo utilizando un taladro o simplemente un clavo y un martillo. Asegúrate de que los agujeros cubran toda la extensión del cubo y de que estén separados entre sí por unas dos pulgadas (5 cm). Pon el compostador directamente en la tierra y calcula que por cada 220 libras (100 kg) de restos orgánicos obtendrás 66 libras (30 kg) de abono.
4. Qué restos poner en el compostador y cuáles dejar fuera
La clave del éxito del abono natural está en la variedad de restos orgánicos que formen la mezcla. El objetivo es conseguir un buen equilibrio entre restos “verdes” (materiales ricos en nitrógeno) y “marrones” (ricos en carbono).
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