Vida Sana
Nada representa más fielmente al verano que las barbacoas o parrilladas al aire libre. Son la ocasión perfecta para reunir a la familia y los amigos, y para disfrutar de una comida informal y relajada, con ese sabor ahumado inconfundible. Si estás pensando en invertir en una parrilla o en sus accesorios, te ofrezco estos consejos para que escojas la mejor para ti y tu presupuesto.
Parrillas a carbón: sabor y paciencia
Esta es la parrilla que escogen los más puristas, aquellos que se niegan a sacrificar el sabor aun a costa de tener que trabajar más duro, tanto en la preparación y mantenimiento de la llama como en la limpieza de la parrilla. La recompensa es ese inconfundible sabor ahumado que relacionamos con las parrilladas.
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Para este tipo de parrillas se usa como combustible carbón o briquetas de carbón vegetal. Te recomiendo añadir a las brasas unas cuantas astillas de madera aromáticas para acentuar el sabor con que envuelve el humo a los alimentos. Mis favoritas para las carnes son las astillas de nogal americano (hickory) y las de mezquite. Para los pescados, te aconsejo las maderas de árboles frutales, como el cerezo y el manzano.
Ventajas: El delicioso sabor ahumado, las altas temperaturas a las que pueden llegar las parrillas de carbón (ideal para dorar las carnes) y el bajo precio.
Desventajas: Pueden poner a prueba nuestra paciencia. Una vez el carbón comienza a arder, vas a necesitar unos 20 o 30 minutos para que las llamas se conviertan en brasas y puedas cocinar. Limpiarlas lleva más tiempo, porque hay que deshacerse de las cenizas y del resto de carbón y quitar la grasa que se acumula en las rejillas. Te comparto un secreto: si no tienes a mano un cepillo para limpiar la rejilla después de cocinar, haz una bola con papel de aluminio y frótala sobre el metal sujetándola con unas pinzas de cocina.
Parrillas a gas: rápidas y sencillas pero costosas
La rapidez, la comodidad y la facilidad de limpieza caracterizan a las parrillas a gas. Utilizan tanques de propano (pueden rellenarse y la duración depende del tamaño; por ejemplo, los tanques de 20 lbs. duran entre 9 y 10 horas) o gas natural y son muy fáciles de encender y apagar. Realmente todo lo que tienes que hacer es prender el fuego y está lista para cocinar. Además, es mucho más sencillo controlar la temperatura, e incluso crear zonas con temperaturas diferentes en la misma superficie. Esto resulta ideal para cocinar distintos tipos de alimentos a la vez.
Ventajas: La realidad es que las parrillas a gas son tan convenientes y fáciles de manejar que muchas familias las usan todo el año… ¡casi como una segunda estufa para no ensuciar o manchar la cocina!
Desventajas: no imparten un sabor ahumado a los alimentos, al menos no tan pronunciado como el de las parrillas a carbón. Si quieres darle el sabor ahumado con astillas aromáticas, tendrás que usar por separado una caja ahumadora (smoker box). El precio, también, puede ser un inconveniente, especialmente si son parrillas de marca, mejor equipadas.
Un dato adicional de las parrillas a gas es que en una pequeña podrás cocinar fácilmente hasta 15 hamburguesas.
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