Vida Sana
¿Eres consciente del impacto que tienen las palabras que empleas a diario? ¿Sabías que algunas de ellas podrían abrirte puertas y otras podrían generarte obstáculos? El lenguaje tiene un poder infinito que tú puedes emplear positivamente para recibir beneficios inmediatos en distintas áreas de tu vida.
Ten en cuenta estos consejos, provistos por expertos, para comunicarte positivamente y vivir una vida más plena.
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1. Elije palabras que beneficien tu cuerpo y mente
Es importante expresarte con amor, compasión y entrega. “Más allá de preocuparnos por qué términos usar. Los sentimientos —buenos o malos— afectan nuestra relación cuerpo-mente y también a nuestro interlocutor, incluso si se encuentra a distancia”, dice el doctor Larry Dossey, autor de libros como Healing Words, the Power of Prayer and the Practice of Medicine y Be Careful What You Pray For. Es experto en el impacto que tienen la mente y la espiritualidad en la salud.
“Tú puedes escoger tus palabras para atraer el bienestar a tu salud y a tus relaciones sociales. Realiza, por ejemplo, el ‘ejercicio interior de valores’, que consiste en concentrarse, uno o dos minutos, en un valor moral o espiritual que necesites fortalecer. Este puede ser la confianza, la compasión, el perdón u otros”, dice Andrew Newberg, doctor en medicina interna y nuclear y director de Investigación del Jefferson-Myrna Brind Center of Integrative Medicine at Thomas Jefferson University Hospital. Este ejercicio, explica, convierte ese valor en el eje para relacionarse con los demás. Si tu palabra es confianza, concéntrate para ganar la confianza de los demás o incluso de ti mismo. Si eligiste el respeto, busca tratar a todos —incluso a ti mismo— con consideración. Cuanto más tengas presente esa palabra en tus acciones, más rápido se hará parte de tu conducta y muy pronto verás los frutos.
Otro ejercicio, de gran impacto positivo en la mente, consiste en repetir frases o mantras de acuerdo a tus creencias. Por ejemplo, si crees en los ángeles, repite frases como “imploro tu luz” o “que tu luz venga hacia mí”. Olvídate de las “creencias limitantes”, como “no puedo”, “tengo que”, “tocará”, “loro viejo no aprende a hablar”, aconseja José Daniel Puche, médico psiquiatra, experto en Inteligencia Emocional y revisor para Latinoamérica del libro Programación neurolinguística Para Dummies.
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